Con la creciente preocupación por la sostenibilidad, la logística inversa se ha convertido en una herramienta esencial para las empresas que buscan reducir su impacto ambiental y promover la reutilización de materiales.
Carlos Tanaka, especialista en logística y fundador dePostalGowempresa que atua en el segmento logístico de telecomunicaciones a lo largo de 25 años, este modelo ha ido ganando fuerza en Brasil, especialmente en el comercio minorista, donde el alto volumen de devoluciones y residuos exige estrategias eficientes. La logística inversa no es solo una cuestión de cumplimiento. Es una oportunidad estratégica para generar valor económico y ambiental al mismo tiempo, señala.
El concepto consiste en el proceso de recolección, reutilización o eliminación adecuada de productos y residuos post-consumo. Según la Asociación Brasileña de Logística (Abralog), el segmento ha experimentado una expansión del 18% en los últimos dos años, impulsada por legislaciones ambientales más estrictas, como la Política Nacional de Residuos Sólidos (PNRS), y por la presión de los consumidores por prácticas sostenibles.
Las empresas se adaptan al modelo de economía circular
La implementación de la logística inversa ha sido uno de los principales medios para que las empresas se adapten al concepto de economía circular, donde los materiales desechados se reutilizan para evitar desperdicio. Un informe de PwC indica que el 73% de las grandes empresas brasileñas ya tienen programas estructurados de logística inversa, principalmente en los sectores de electrónica, moda y alimentos.
En el sector de la moda, la reutilización de tejidos y la correcta eliminación de residuos textiles han sido prioridades. Grandes minoristas como C&A y Renner implementaron programas de recolección de ropa usada en las tiendas físicas, fomentando el reciclaje de materiales. Según la FGV, iniciativas como estas pueden reducir hasta un 20% los costos operativos asociados a la adquisición de nuevos insumos.
La presión por prácticas sostenibles no proviene solo de las normas regulatorias. Según una encuesta del Instituto Ipsos, el 72% de los consumidores brasileños consideran la sostenibilidad un factor decisivo al elegir productos y marcas. El estudio también señala que las prácticas visibles de logística inversa pueden aumentar la fidelización de los clientes, sobre todo en las nuevas generaciones.
"Cuando el cliente percibe que la empresa está comprometida con la reutilización de productos y la reducción de residuos, esto genera un impacto positivo en la imagen de la marca y crea una ventaja competitiva", destaca Tanaka.
En el sector electrónico, el reciclaje de componentes es una estrategia que reduce el impacto ambiental y, al mismo tiempo, mitiga los riesgos financieros asociados a las sanciones ambientales.
La tecnología es una aliada en la logística inversa eficiente
El avance tecnológico también ha sido fundamental para optimizar los procesos de logística inversa. Las herramientas de inteligencia artificial y los sensores de IoT (Internet de las Cosas) han ayudado a las empresas a rastrear equipos en tiempo real y predecir la demanda de devoluciones, aumentando la eficiencia de las operaciones. Según datos de McKinsey, la aplicación de tecnología en procesos logísticos puede reducir hasta un 25% los costos totales de las operaciones.
A PostalGow, por ejemplo, utiliza algoritmos de enrutamiento dinámico para optimizar la recolección de equipos. "La combinación de tecnología y sostenibilidad es el camino natural para las empresas que desean crecer de manera responsable", destaca Tanaka. La empresa también adoptó prácticas alineadas con los criterios de ESG (ambiental, social y de gobernanza), asegurando que todas las etapas del proceso cumplan con los estándares ambientales requeridos.
Aunque el avance es evidente, la implementación de una logística inversa estructurada aún enfrenta desafíos, como la falta de infraestructura adecuada en algunas regiones y la necesidad de inversiones iniciales elevadas. "El retorno financiero de la logística inversa es claro, pero muchas empresas aún dudan en adoptar estas prácticas debido a los costos iniciales", explica Tanaka.
Sin embargo, las perspectivas son positivas. Un estudio de la International Finance Corporation (IFC) indica que, hasta 2030, el mercado global de economía circular podría mover 4,5 billones de dólares, impulsado por la adopción de prácticas de sostenibilidad. En Brasil, el sector de logística inversa deberá crecer en promedio un 15% anual, acompañando la expansión de programas gubernamentales y privados orientados a la economía verde.
Para Tanaka, la clave está en la combinación de tecnología, innovación y responsabilidad ambiental. "Las empresas que logren integrar estos tres pilares estarán a la vanguardia en la construcción de un modelo de negocio sostenible y rentable", concluye el especialista.