En todo momento, echamos un vistazo a Instagram para ver qué están haciendo los amigos. Una lectura rápida de un texto sobre política en Facebook, un me gusta en una nueva danza en TikTok. En WhatsApp, amigos envían pegatinas divertidas, mientras que los grupos corporativos discuten actividades y reuniones. Esto sucede antes, durante y después del trabajo.Atención: tu salud mental se está viendo afectada por muchos estímulos, lo que puede perjudicar tu desempeño profesional.
Brasil es el tercer país que más utiliza las redes sociales en el mundo, con un promedio de 3 horas y 42 minutos por día. Al considerar todos los países, Brasil se encuentra solo por detrás de Filipinas y Colombia, que gastan en promedio 4 horas y 15 minutos y 3 horas y 45 minutos, respectivamente. Estos datos fueron revelados por un estudio publicado por la plataformaCupomValido.com.brque recopiló información de Hootsuite y WeAreSocial sobre el uso global de las redes sociales.También estamos por encima de la media en el porcentaje de la población que usa redes sociales: el 70% de los brasileños, lo que representa más de 150 millones de usuarios. Globalmente, más de 4 mil millones de personas, o el 53,6% de la población, utilizan las redes sociales.
Es innegable la importancia de las redes sociales hoy en día para el entretenimiento, la comunicación y el trabajo. Su impacto en la salud mental del individuo también es claro y se ha estado estudiando cada vez más. Un estudio realizado por la Royal Society for Public Health (RSPH) del Reino Unido, en colaboración con el Movimiento de Salud Juvenil, señaló que las redes sociales más utilizadas provocan efectos positivos o nocivos para la salud humana, dependiendo de cómo se utilicen. Además, se describen como más adictivas que los cigarrillos y el alcohol.
Este nuevo universo de comunicación puede afectar el rendimiento profesional de varias maneras. Primero, generando falta de enfoque y concentración. La adicción a mantenerse conectado a varias redes al mismo tiempo ya tiene un nombre: FOMO, sigla de la expresión en inglés “fear of missing out”, que en portugués significa algo como “miedo a quedarse fuera”. Como todo vicio, la necesidad constante de saber qué está sucediendo en las redes quita la concentración y el enfoque del trabajo, dificulta el razonamiento y reduce la productividad, lo que puede resultar en retrasos en los plazos de entrega y distracciones que incluso causan riesgos para la seguridad, como usar el celular mientras se conduce.
Así, es cierto que otro efecto del uso abusivo de las redes sociales sea la ansiedad. La impresión de que la vida de los demás es más interesante, completa, colorida e importante que la propia, y la rapidez con la que imágenes y textos se suceden, dan una sensación de impotencia — al mismo tiempo que una publicación exitosa puede causar euforia instantánea. Son muchos altibajos al alcance de un toque de celular.
El exceso de noticias negativas y comentarios desagradables son estímulos constantes que afectan el estado de ánimo y la sensación de seguridad. Al mismo tiempo, las redes sociales ejercen presión por optimismo, éxito, consumismo y por una perfección imposible de alcanzar. Esta incoherencia es un desencadenante seguro para casos de depresión.
Las aplicaciones de compartición de fotos son especialmente perjudiciales para la autoimagen, creando una realidad falsa de vida perfecta a través de ediciones de los mejores momentos de vidas comunes.El propio Instagram, sabiendo que el 70% de los jóvenes reveló que la aplicación les hacía sentir peor con su autoimagen (una cifra que sube al 90% entre las mujeres), cambió la forma en que muestra el número de “me gusta” en 2022.
Las pérdidas intelectuales y profesionales no se limitan a la distracciónToda esa carga de frustraciones, deseos, ira y miedo sale a la superficie en el día a día y puede descargarse en colegas de trabajo, amigos o familia. El usuario ávido de las redes sociales no descansa la mente y se convierte en una persona angustiada. Es fundamental que las empresas estén atentas a este escenario y promuevan este diálogo en el entorno laboral, creando espacios seguros para que los empleados puedan compartir sus experiencias y buscar ayuda cuando sea necesario. Además, es necesario que las organizaciones establezcan un protocolo de uso de celulares durante el trabajo, de manera saludable, favoreciendo a todos sin que los trabajadores pierdan el enfoque o se sientan incómodos y reprimidos. Líderes y gestores pueden actuar como facilitadores en este proceso, identificando áreas de atención que requieren ajustes, como el uso excesivo de grupos de trabajo en WhatsApp.
Hemos preparado algunos consejos que pueden ayudar a los líderes y equipos a desarrollar una relación más saludable con las redes sociales, protegiendo así su salud emocional:
- Haz una autocrítica sobre tu presencia en las redes. Si crees que está perjudicando tu productividad, haz un detox: desactiva las notificaciones del teléfono, elige solo una red para consultar durante el día y hazlo en momentos de descanso.
- Mantén el enfoque y deja el celular a un lado durante conversaciones, reuniones y otras interacciones. Mira a los ojos de quien está hablando, anota sus instrucciones a mano, escucha con atención.
- Infórmate sobre los límites del uso de las redes sociales en tu trabajo. Puedes estar arriesgando incluso tu despido. No superes estos límites.
- Si tu empresa requiere el uso de redes como WhatsApp, discute con tu equipo sobre los límites, como la necesidad de mantener conversaciones fuera del horario laboral.
- Evite responder a conversaciones que no estén relacionadas con el trabajo.
- No utilices tu correo electrónico corporativo para recibir notificaciones de redes sociales.
- Practica actividades físicas. ¡La endorfina puede traer tanto placer como un "me gusta"!
- Busque prácticas de meditación y atención plena.
- Intenta pasar algún tiempo contigo mismo sin necesidad de saber lo que pasa con los demás: lee un libro, mira un programa, escucha música.
- Descansa profundamente: desconéctate de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir. Establece una rutina de sueño que promueva tranquilidad: toma un té, lee un libro, toma un baño relajante.
Desapegarse de las redes sociales también es autocuidado, es cuidar de tu salud mental. Al desconectarse por unos minutos, puedes comenzar a ver un universo de posibilidades a tu alrededor. Con el tiempo, puede encontrar un equilibrio para una vida con más bienestar y armonía.