Los buenos líderes no nacen listos. Ellos necesitan ser entrenados y desarrollados lo antes posible para que, en el futuro, estén preparados para asumir una responsabilidad tan grande. La inspiración para el comando de un negocio exitoso debe venir de arriba, enseñando cómo inspirar y desarrollar personas para que se conecten con este propósito y trabajen, juntos, en pro de esta causa. Fue pensando en eso que FI Group, consultora especializada en la gestión de incentivos fiscales y financieros destinados a I+D+i, está invirtiendo fuertemente en su Programa de Desarrollo de Líderes (PDL) en una asociación estratégica con Pande, empresa de referencia en el proceso de construcción de valor para marcas que consideran la cultura organizacional como parte relevante de su estrategia.
Con su primera edición organizada en 2020, la necesidad de desarrollar este programa surgió ante el crecimiento exponencial que la consultoría había estado experimentando en los últimos años. Invertir en liderazgo siempre ha sido algo prioritario para nosotros y, mucho más allá de desarrollarlos, sabíamos de la importancia de cuidar a estos talentos para que pudieran asumir este puesto. Por eso, decidimos dedicarnos a esta asociación para que pudiéramos tener una mayor seguridad y precisión en la preparación de los futuros líderes, explica Vanessa de Lima Pereira Montagnoli, gerente de recursos humanos.
Bajo el mando del área de Desarrollo Humano Organizacional del FI Group, el PDL fue construido sobre tres pilares: comprender, desarrollar e inspirar. En primer lugar, hay un análisis minucioso sobre qué profesionales tienen aptitud para convertirse en excelentes líderes a corto y medio plazo. Con base en este estudio, entra la segunda etapa de desarrollo, donde estos 'candidatos' son coordinados y supervisados en una preparación intensa en ese sentido. Para reforzar este proceso, entra el pilar de inspiración, el cual fomenta este cuidado desde los gestores y directores de la empresa para que, juntos, cuiden de las personas para que se adapten a las rutinas y se conviertan en verdaderos líderes.
En ese recorrido, el apoyo de Pande fue extremadamente importante, principalmente en los dos últimos pilares. Aplicamos un diagnóstico profundo y detallado para comprender el perfil y las habilidades de los talentos en FI Group y, con ello, junto al departamento de Recursos Humanos de ellos y los comentarios de los propios líderes sobre este tema, logramos identificar el momento de cada uno de ellos y cómo guiarlos por estas etapas de la mejor manera», señala Luciane Lamour, directora de consultoría de Pande..
Esta escucha proactiva fue uno de los puntos más importantes para el éxito del PDL. Eso porque, según Luciane, había un gran desafío interno relacionado con la gestión de equipos de diferentes generaciones, ya que cada una tenía propósitos, metas y ambiciones diferentes. La identificación de esta necesidad fue un punto clave para una mayor claridad sobre el momento individual de los talentos y cómo desarrollarlos estratégicamente en ese sentido.
Según Vanessa, uno de los mayores retos de este programa involucró a los profesionales de la Generación Z. Con poca ambición de liderazgo, fue necesario brindar una atención más profunda y humanizada para cambiar la imagen que muchos tenían de este puesto —que muchos asociaban con un puesto agotador, estresante y disfuncional— a una posición donde pudieran conectar con las personas, inspirarlas y transformar sus carreras.
Más propensos a tener un mayor índice de estrés y ansiedad en el trabajo, el liderazgo es un cargo que, normalmente, escapa de su interés. Revertir esta idea no es algo sencillo, y depende de una cultura organizacional fuertemente basada en esta comprensión individual de las expectativas y ambiciones y, sobre todo, en integrarlas con otras generaciones, de manera que se sientan inspirados a aprender unos de otros para desarrollar este propósito en cada uno.
Afortunadamente, no faltaron casos de éxito en esta transformación. Laís Leoncini, formada en ingeniería química, ingresó en FI como pasante hace 10 años y, desde temprano, relata que sus gerentes siempre le reforzaron que tuviera experiencia en los productos y invirtieron en ese conocimiento para su evolución. "Ellos siempre se dedicaron a enseñarme y prepararme para ser una líder en el futuro. Tuve un crecimiento bastante acelerado allí, enfrentándome a oportunidades que me hicieron desarrollarme y, hoy, inspirar a mi equipo y a futuros líderes para que, juntos, podamos lograr resultados cada vez mejores", destaca.
Para Laís, uno de los mayores desafíos que enfrenta hoy como líder, también se refiere a la Generación Z, haciendo que se motiven y se involucren en esta causa. Sin embargo, hay quienes ya se han incorporado en este camino.
Giovanna Moraes, también formada en ingeniería química, es miembro de esta generación y, hoy en día, líder en la empresa. Entré en FI Group como pasante y noté, desde temprano, una gran atención por parte de ellos en ese desarrollo. Es un hecho que muchos millennials valoran la libertad y la flexibilidad y, aquí, estos factores siempre han sido proporcionados, a través de una estructura más flexible que me permitió desarrollar las habilidades de un buen líder, con enfoque en la gestión humanizada, empatía e impacto positivo en el desarrollo personal y profesional de cada uno, recuerda.
Guilherme Augusto comparte la misma opinión. Graduado en análisis de sistemas, ingresó hace tres años como pasante y, hace poco tiempo, asumió el puesto de líder. Cuando comenzó en este cargo, confiesa que tenía temores de no estar preparado, le faltaba confianza ante una responsabilidad tan grande.
Pero, con el tiempo, las acciones de la empresa al involucrarlo en la rutina de los clientes y con personas de diferentes pensamientos y visiones hicieron que cambiara de perspectiva y viera que tenía la capacidad de estar allí. “El programa me hizo ver mis puntos fuertes y mejorar lo que era necesario, aprendiendo a comunicarme de manera asertiva y a tomar decisiones para poder liderar a los demás. Siempre estuvieron aquí apoyándome, desarrollando inteligencia emocional y empatía, y estoy extremadamente agradecido por esta oportunidad”, celebra.
Un buen líder es quien inspira y transforma. Alguien que no desempeña esas funciones solo en el sentido burocrático, sino que se compromete verdaderamente con la causa, conectándose a nivel emocional con estos profesionales, creando y fomentando este crecimiento profesional. Al fin y al cabo, sin personas, ningún negocio funciona.
Trabajar con liderazgo es complejo, y muchas empresas no le dan la importancia debida a esa construcción. Esto debe ser un desarrollo continuo y anticipado, siguiendo de cerca el trabajo de cada uno, observando los resultados y las tendencias de mejoras frente a unaprendizaje permanente. Es un proceso dinámico, donde la incertidumbre es la única certeza, y la flexibilidad y el dinamismo son herramientas esenciales para construir excelentes líderes.