Un estudio reciente de la Universidad de Harvard destacó la conexión entre ambientes laborales tóxicos y la alta rotación de empleados. La investigación revela que los líderes que sufrieron traumas no tratados en la infancia tienden a ser más reactivos e intolerantes, creando un ambiente de trabajo estresante e improductivo. Este comportamiento no solo reduce la productividad, sino que también aumenta significativamente la rotación de empleados.
La especialista en neurociencia Telma Abrahão se ha dedicado a promover prácticas de liderazgo Neuroconsciente, que tienen en cuenta los traumas y el autoconocimiento. Según Abrahão, los traumas en el entorno laboral, como conflictos, acoso y bullying, pueden resultar en trastornos como ansiedad y depresión, afectando negativamente el rendimiento de los equipos.
Las investigaciones indican que los líderes con traumas no resueltos son más propensos a comportamientos explosivos y reactivos. Este comportamiento puede deteriorar la confianza y la colaboración del equipo, aumentando los niveles de estrés en el lugar de trabajo, advierte Abrahão. Además, un informe de McKinsey & Company muestra que el 85% de los CEOs ven el miedo al fracaso, a menudo arraigado en traumas pasados, como un obstáculo para la innovación y el crecimiento.
Abrahão enfatiza que el autoconocimiento es crucial para crear un ambiente de trabajo seguro y productivo. Los estudios sugieren que los líderes que adoptan un enfoque Neuroconsciente pueden aumentar la satisfacción en el trabajo, mejorar el rendimiento de los empleados y reducir los conflictos en el equipo. "La implementación de estas prácticas no es solo una cuestión de empatía, sino una estrategia de negocios inteligente", afirma la especialista.
Para identificar y lidiar con líderes tóxicos, es esencial reconocer signos de trauma, como comportamientos irritables o agresivos. Abrahão recomienda crear un entorno seguro para la comunicación, donde los empleados puedan expresar sus preocupaciones sin miedo a represalias. Ofrecer recursos como servicios de salud mental y programas de asistencia al empleado también es fundamental.
Abrahão sugiere invertir en capacitación continua para líderes, enfocándose en prácticas informadas sobre traumas y gestión emocional. Desarrollar la alfabetización emocional y enseñar a los líderes a gestionar sus emociones de manera eficaz, especialmente en situaciones de crisis, son pasos esenciales para evitar que los líderes se conviertan en una fuente adicional de trauma para sus equipos, concluye Telma Abrahão.
La adopción de prácticas de liderazgo Neuroconsciente puede transformar significativamente las relaciones en el lugar de trabajo, promoviendo un ambiente más saludable, productivo e innovador. Estudios como el de la Universidad de Harvard subrayan la importancia de abordar traumas e invertir en el autoconocimiento para reducir la toxicidad y la rotación en las organizaciones.