Mientras muchos pequeños empresarios luchan por mantener un solo negocio en pie, otros ya han entendido que diversificar puede ser la clave para el crecimiento. El error más común es creer que expandirse requiere un gran capital inicial, cuando en realidad, la estrategia correcta vale más que cualquier inversión. Raphael Mattos, empresario, inversor y especialista en franquicias, explica cómo los dueños de pequeños negocios pueden multiplicar sus fuentes de ingreso sin comprometer la operación original y por qué quienes no aprendan esta lógica corren el riesgo de quedarse atrás.
Emprender en serie no es un lujo para quienes tienen dinero de sobra. Es supervivencia para quienes quieren seguir en el juego. Quien apuesta todo en un solo negocio corre el riesgo de ver años de esfuerzo desmoronarse ante una crisis, un cambio en el mercado o un competidor más innovador. Expandir no significa abrir varias empresas al mismo tiempo, sino estructurar un modelo inteligente donde un negocio fortalece al otro, creando un ecosistema que se retroalimenta y crece de forma sostenible, afirma Mattos.
El dueño de un lavado de autos que percibe la creciente demanda por estética automotriz puede agregar este servicio sin grandes inversiones. El pequeño restaurante que tiene clientes fieles puede lanzar una línea de congelados o vender condimentos exclusivos. El barbero que entiende lo que su público consume puede crear una marca propia de productos masculinos. La manicura que fideliza clientes puede ofrecer cursos en línea de técnicas de alargamiento. El dueño de una papelería puede ofrecer servicios de impresión rápida y impresión bajo demanda. En todos estos casos, el secreto no es abrir un nuevo negocio desde cero, sino aprovechar la clientela y la estructura ya existentes para generar nuevos ingresos.
Todo pequeño empresario necesita hacerse una pregunta: ¿estoy vendiendo todo lo que mi cliente podría comprarme? Muchos emprendedores limitan sus ganancias porque no perciben que la persona que ya confía en el servicio o producto está dispuesta a consumir más. Y ese es el primer paso para expandirse sin necesidad de una gran inversión, destaca Mattos.
Otra estrategia esencial para emprender en serie sin correr riesgos es la descentralización de la operación. Pequeños empresarios que centralizan todo en ellos mismos terminan convirtiéndose en el mayor cuello de botella de su propio crecimiento. Para escalar, es necesario construir procesos replicables, delegar tareas y crear un sistema donde el negocio funcione sin que el dueño necesite estar presente todo el tiempo. "Si tu emprendimiento depende al 100% de ti, no es un negocio, es un empleo disfrazado", advierte Mattos.
Además de la diversificación de productos y servicios dentro de un mismo negocio, existen oportunidades de expansión en modelos como licencias y franquicias simplificadas. Muchos pequeños emprendedores ya tienen operaciones exitosas que podrían ser replicadas en otros lugares, con una inversión mucho menor de lo que se imagina. La gran diferencia está en la estructuración de un modelo que pueda ser seguido por terceros sin comprometer la calidad de la entrega.
La mentalidad del pequeño empresario necesita cambiar. Muchos piensan que emprender en serie es cosa de gente millonaria, pero en realidad, son los pequeños los que más se benefician de esta estrategia. Quien aprende a escalar, diversificar y estructurar procesos crece de forma sostenible y además se protege contra crisis y oscilaciones del mercado», concluye Mattos.
