Ya se sabe que Brasil enfrenta hoy – con una baja probabilidad de cualquier cambio futuro – una escalada de amenazas cibernéticas, con un aumento del 21% en el número de ataques en comparación con el año anterior, sumando un promedio de 2.667 incidentes semanales por empresa. Ante esta realidad, ha crecido la búsqueda de la certificación ISO/IEC 27001, que establece requisitos rigurosos para un Sistema de Gestión de la Seguridad de la Información (SGSI).
Aunque los estudios de mercado indican que solo 165 organizaciones brasileñas poseían la certificación ISO 27001 hasta principios de 2023, la tendencia ha sido de crecimiento, impulsada por la necesidad de fortalecer la seguridad de la información y cumplir con los requisitos regulatorios.
Y la motivación de las empresas va más allá de la mera protección técnica. La certificación ISO 27001 también se ha convertido en una respuesta estratégica a las demandas de cumplimiento. Con la entrada en vigor de la Ley General de Protección de Datos (LGPD) y la actuación más firme de la Autoridad Nacional de Protección de Datos (ANPD), las empresas se dieron cuenta de que adherirse a normas reconocidas puede facilitar la adecuación legal.
La ISO 27001, inclusiva, se alinea con varias leyes de protección de datos, como la LGPD, ayudando a las empresas a cumplir con los requisitos legales de seguridad de la información. En sectores regulados y en empresas que manejan un gran volumen de datos personales, la búsqueda de la certificación ha aumentado como una forma de demostrar a las auditorías y partes interesadas que las buenas prácticas están implementadas.
Beneficios estratégicos en la implementación de la norma
Tener la ISO 27001 ha sido visto como un factor importante en la obtención y retención de contratos, especialmente en sectores altamente sensibles a la seguridad digital, destacando a las empresas certificadas en un entorno competitivo y exigente.
Otro beneficio relevante está relacionado con el cumplimiento regulatorio. Con el avance de la supervisión sobre la protección de datos, especialmente en relación con la LGPD y otras normativas, las empresas certificadas en ISO 27001 tienen mayor facilidad para demostrar cumplimiento con leyes y regulaciones. La norma establece una estructura sólida que cubre diversas exigencias legales, reduciendo el riesgo de sanciones y fortaleciendo la imagen de las empresas ante auditorías y autoridades, confirmando el compromiso con estándares rigurosos de seguridad.
Finalmente, la certificación ISO 27001 promueve una reducción significativa de riesgos e incidentes de seguridad mediante la gestión proactiva de las amenazas digitales. Las empresas certificadas identifican y abordan vulnerabilidades de forma continua, fortalecen la resiliencia frente a ataques y optimizan los procesos internos de gobernanza y cultura de seguridad. Esto no solo previene daños financieros y reputacionales, sino que también mejora la eficiencia operativa general, facilitando los negocios y ampliando oportunidades en mercados nacionales e internacionales que exigen altos estándares de protección de la información.
Tendencias futuras
La dinámica de la seguridad de la información apunta a una continuidad – y posiblemente aceleración – de las tendencias actuales. Los especialistas prevén que la adopción de sistemas de gestión (como el SGSI de la ISO 27001) continuará en auge en los próximos años, acompañando tanto la evolución de las amenazas como el endurecimiento de los requisitos de cumplimiento. A nivel mundial, las proyecciones indican un crecimiento sólido en las certificaciones de seguridad: la búsqueda de la ISO 27001 aumentó aproximadamente un 45% recientemente debido a leyes globales de protección de datos más estrictas.
Un punto importante en el horizonte cercano es la transición a la nueva versión ISO/IEC 27001:2022. Publicada en octubre de 2022, la actualización de la norma refleja los cambios ocurridos en la última década, incorporando nuevos controles para riesgos en la nube, inteligencia de amenazas y desarrollo seguro de software, entre otros aspectos. Los motivos que llevaron a la revisión incluyeron la evolución tecnológica y el aumento de la digitalización de los negocios, además del aprendizaje obtenido con la aplicación práctica de la norma en los últimos años.
Las empresas certificadas tendrán hasta octubre de 2025 para migrar sus sistemas a la nueva edición.
Otro factor importante es la integración de la seguridad de la información con otras dimensiones de gobernanza y gestión corporativa. Temas como privacidad de datos y continuidad del negocio están cada vez más entrelazados con la seguridad.
Normas complementarias, como la ISO/IEC 27701, centrada en la privacidad, la expansión de la 2700 y la ISO 22301, con enfoque en la gestión de la continuidad del negocio, están ganando espacio junto a la 27001. La adopción conjunta de estos marcos crea un ecosistema de gobernanza integrado, capaz de abordar desde la protección de datos personales hasta la resiliencia ante desastres o indisponibilidades.
En esencia, la gestión de la seguridad de la información dejará de ser un proyecto puntual de certificación para convertirse en un proceso dinámico y permanente, parte integral de la estrategia empresarial. En el entorno empresarial actual, en el cual la confianza y la resiliencia digital son diferenciadores competitivos, este compromiso se vuelve no solo deseable, sino esencial para la sostenibilidad y el éxito de las empresas en Brasil.
Sylvio Sobreira Vieira es CEO y Jefe de Consultoría de SVX Consultoría