Con el primer trimestre del año caminando hacia su conclusión, podemos trazar un cuadro más claro de la economía brasileña, del comercio minorista y de las inversiones en tecnología en 2024. En un país que viene atravesando años de bajo crecimiento y innumerables turbulencias políticas y económicas, los empresarios han trabajado con mucha cautela, posponiendo inversiones y buscando evitar riesgos. Pero, en mi visión, es necesario adoptar una mirada más optimista.
Al fin, pese a ⁇ heraldos del apocalipsis ⁇ que se empeñan en predecir un colapso de la economía brasileña, el escenario es positivo. El Banco Central, por ejemplo, ha emprendido desde agosto de 2023 una reducción consistente de la tasa básica de interés, a Selic: en los últimos siete meses, el país salió de una tasa de 13,75% al año para los actuales 11,25% – y la expectativa del mercado financiero es que en diciembre estemos entre 9% y 9,5%.
Este retroceso de más de cuatro puntos porcentuales debe traer un alivio para el balance de las empresas, reduciendo los gastos financieros, perjudicadas por las dificultades de acceso al crédito en 2023 después del ⁇ episodio Americanas ⁇. Este escenario más positivo facilita el rodamiento de deudas y aumenta la capacidad de invertir en expansión, tecnología y existencias. Por sí solo, ese es un punto esencial para el comportamiento del comercio minorista en 2024 y más allá.
Pero hay más buenas noticias enfrentemacroeconómico: el Boletín Focus, compilado por el Banco Central a partir de la visión de los principales agentes financieros, estimaba, en el comienzo de marzo, un crecimiento de 1,77% para la economía brasileña en 2024, con alza de 2% en el año que viene. Considerando que el comercio minorista, tradicionalmente, crece por encima del PIB, existen buenas perspectivas en el horizonte de empresas que sepan identificar oportunidades.
La inflación en desaceleración es otro punto positivo. El Boletín Focus proyectaba un IPCA de 3,76% para 2024 y 3,51% en 2025, ambos dentro de la meta del BC – lo que abre espacio para la continuidad de la caída de los intereses y mejora del ingreso de la población en general. Menos inflación significa más poder de compra, más consumo y más empleos, creando un ciclo virtuoso que beneficia a toda la sociedad.
Quién podrá crecer en 2024
La perspectiva de crecimiento del comercio minorista puede ser segmentada en dos grandes bloques. El primero es el de los sectores dependientes de ingreso y empleo, como supermercados, farmacias y pet: con un año de expectativas positivas, pero relativamente estables para la evolución de la masa salarial y del porcentaje de desempleo, es de esperar que estos segmentos tengan un crecimiento moderado – por encima del PIB, pero nada espetacular.
Por otro lado, los segmentos dependientes de crédito y de la confianza de los consumidores, como bienes semidurables y (en especial) bienes duraderos, podrán finalmente dejar atrás una larga secuencia de trimestres malos y pasar a tener una perspectiva más positiva.
Aún así, diferentes empresas aprovecharán el momento de diversas maneras. De la misma manera como en los últimos años vimos muchas compañías con serios problemas, otras presentaron actuaciones espetaculares. Lo más importante es la capacidad que cada minorista tiene de desarrollar una estrategia coherente y ejecutarla con eficiencia. Se necesita cada vez más contar con el análisis de datos de los clientes y del rendimiento del negocio para tomar decisiones rápidas y alineadas a la estrategia.
No es porque el viento comience a soplar a favor que todo el mundo estará en la posición ideal para llenar las velas y navegar con tranquilidad. Especialmente porque el primer semestre todavía deberá ser de pequeñas turbulencias, con un escenario mejor a partir de julio. Con las elecciones municipales en camino en el mes de octubre, pero en un momento político menos tenso de lo que vimos en 2022, la inestabilidad debe ser menos sentida por el comercio minorista.
Sin embargo, es preciso estar atento a lo que sucede fuera del país. Como dijo Thomas Friedman, vivimos en un mundo plano: movimientos globales tienen impacto muy rápido sobre las economías y pueden provocar cambios rápidos en las expectativas, en los comportamientos y en las decisiones de negocios. En el último año, por ejemplo, factores como los conflictos entre Rusia y Ucrania y entre Israel y Hamas trajeron tensiones geopolíticas, mientras un buque encallado en el Canal de Suez interrumpió la cadena de suministros en todo el mundo. El Canal del Panamá ha estado sufriendo con la falta de lluvias en la región, disminuyendo su capacidad de transporte de carga, ya el El Niño refuerza la emergencia mundial que es el calentamiento global.
Mirando hacia fuera de ⁇ Isla Brasil ⁇, existen muchos motivos para preocupación. Aunque estos factores estén, de forma general, fuera de nuestro alcance, es necesario estar preparado para reaccionar rápidamente y, si es necesario, cambiar planes, metas e iniciativas para dar cuenta de nuevos escenarios.
Tecnología, innovación, capital de riesgo
Desde el punto de vista de innovación e inversiones en capital de riesgo, el contexto que empezamos a vivir, de caída de los intereses y aumento de la capacidad de reanudación de proyectos por las empresas, es bastante positivo. En 2022 y, en especial, 2023, las iniciativas de transformación digital se quedaron desalentadas en muchas empresas, más preocupadas por garantizar la supervivencia en el corto plazo. El problema es que dejar de invertir en aspectos estructurantes del negocio prácticamente garantiza el fracaso en el largo plazo. Un dilema complicado, que la economía en 2024 va poco a poco ayudando a desbloquear.
Con intereses más bajos e inflación bajo control, aumentan los incentivos para inversiones en riesgo, especialmente en empresas de tecnología con propuestas sólidas y respuestas claras a ⁇ puntos de dolor ⁇ del comercio minorista. Estamos lejos de la ⁇ exuberancia irracional ⁇ de unos años atrás, lo que es hasta bueno: ideas sin aplicación efectiva pierden espacio en un ambiente de pragmatismo. La relación costo-beneficio y la capacidad de generación de ventajas reales para las empresas es lo que determinará el tamaño del ⁇ cheque ⁇ que las startups recibirán a lo largo de 2024.