Siempre debatimos las diferencias de ser solo un jefe y ser un líder. Y en esas conversaciones, dejamos clara la importancia de ejercer un buen liderazgo, justa y responsable, sin embargo, puede ser que a pesar de tus esfuerzos, el resultado no se está alcanzando, entonces hago un cuestionamiento: más que un buen líder, estás siendo el líder que tu empresa necesita
Cuando una persona es promovida y pasa a ocupar un cargo de liderazgo, es normal que te sientas un poco perdida al principio, como si no supiera con certeza qué camino seguir o cuál es la mejor decisión tomar. Al fin, empiezan a llegar muchas informaciones al mismo tiempo y es necesario lidiar con cuestiones que anteriormente no eran de esa índole, además de la preocupación por los colaboradores
Sin embargo, lo que realmente hará la diferencia en tu vida profesional como gestor, y que va más allá de la visión de los demás clasificándote como un buen líder o no, es la percepción de su propio trabajo y, en consecuencia, la comprensión de si está siendo un líder que puede satisfacer las necesidades de la organización en ese momento. Y créeme, hacer esto no es nada fácil y puede llevar cierto tiempo
Cuáles son los dolores de la empresa? Cuáles son los errores que están ocurriendo? Dónde se pueden hacer mejoras? Cuáles son las metas a corto plazo, medio y largo plazo? Cómo puede evolucionar el equipo? Su empresa te hará estas preguntas de forma constante, y tú – en posición de líder -, necesita de estas respuestas para poder avanzar y hacer lo que se está pidiendo de manera eficaz y asertiva
En este sentido, es fundamental que puedas comprender los procesos de la organización y su funcionamiento, para que sea posible identificar los eventuales problemas, cuando surjan. Tener una visión 360 permitirá conocer el negocio en su totalidad, siendo viable así saber sobre sus respectivos detalles y definir qué es prioridad, destinando su atención, foco y esfuerzos
Y para hacer esto de manera efectiva, el líder puede aplicar los OKRs – Objetivos y Resultados Clave -, en el plan de ejecución de la estrategia y así contar con el equipo para poner manos a la obra, pues cada integrante sabrá exactamente su función, lo que hará mucho más fácil para el gestor delegar las tareas y creer que se harán según lo acordado
La verdad es que no es de la noche a la mañana que podrás poner estas acciones en práctica, pero se necesita un ejercicio diario constante para que el dominio y el control sean reemplazados por la colaboración y la confianza. Un liderazgo enfocado más en la empresa y en sus colaboradores sin duda podrá identificar los problemas y aportar mejoras a la organización en su conjunto
Llegar a los resultados no es una tarea individual, ni del líder, ni del colaborador, pero un trabajo en equipo y, para eso, es esencial reunir a todos en torno a lo que es más importante: los resultados que deben alcanzarse. Este es el trabajo fundamental del líder, involucrar y equipar al equipo con lo que es necesario desde el punto de vista de herramientas y procesos, y los OKRs son la pieza que une la estrategia con el compromiso