La investigación reciente de la Asociación Brasileña de Prevención de Pérdidas (Abrappe) señaló un dato preocupante en el país: el crecimiento de las pérdidas en el comercio minorista. El índice promedio en 2023 alcanzó la marca histórica del 1,57%, lo que en valores representa aproximadamente R$ 35 mil millones (en 2022 fue del 1,48%), considerando las ventas del comercio minorista restringido. Una fábula en reales que, si se colocara en el ranking de las empresas que más crecen en el país, en facturación, estaría en la lista de las top 100, como señala Econodata. Es decir, mucho dinero yendo por el desagüe, casi sin control a menudo, de las redes minoristas.
Como consuelo, es bueno recordar que la misma investigación de Abrappe indica que, entre los minoristas participantes en el estudio, el 95,83% mantienen un área de prevención de pérdidas. Señal de que la cultura de la prevención de pérdidas realmente está ganando espacio en las corporaciones, aunque a pasos lentos. Pero el índice, afortunadamente, ha sido alto en los últimos tiempos (por encima del 90% al menos), lo cual ciertamente no sucede entre las pequeñas e incluso medianas empresas.
Contar con un área dedicada a la prevención de pérdidas en la empresa es fundamental por diversos motivos que impactan directamente en la salud financiera y operativa del minorista. Ella es responsable, por ejemplo, de la reducción de pérdidas financieras, protección de inventarios, mejora de la eficiencia operativa, reducción de costos operativos, seguridad de los empleados y clientes y mejora de la reputación de la marca. En resumen, un área de prevención de pérdidas bien estructurada no solo protege los activos de la tienda, sino que también contribuye a una operación más eficiente, segura y rentable.
Pero en los últimos diez años, las pérdidas en el comercio minorista han experimentado una evolución significativa, impulsada por cambios tanto en el comportamiento del consumidor como en la tecnología disponible para la prevención y gestión de pérdidas. Aquí están algunas de las principales transformaciones observadas:
- Avances tecnológicos: La tecnología desempeñó un papel crucial en la transformación de las pérdidas en el comercio minorista. Sistemas de vigilancia más sofisticados, como cámaras de alta definición y análisis de video basado en inteligencia artificial, permiten una vigilancia más eficaz de las tiendas, identificación de comportamientos sospechosos y prevención de robos.
- RFID y gestión de inventario: La adopción de tecnologías como RFID (Identificación por Radiofrecuencia) se ha vuelto más común en el comercio minorista, posibilitando una gestión más precisa y eficiente del inventario. Esto no solo reduce las pérdidas debido a errores de inventario, sino que también mejora la disponibilidad de productos para los clientes.
- Integración de sistemas de seguridad: Hubo una tendencia creciente en la integración de diferentes sistemas de seguridad, como cámaras, alarmas, sensores y controles de acceso. Este enfoque integrado no solo mejora la detección de incidentes, sino que también optimiza la respuesta a eventos de seguridad.
- Análisis de datos e inteligencia artificial: La capacidad de analizar grandes volúmenes de datos de transacciones, comportamientos de clientes y patrones de compra ha permitido a los minoristas identificar mejor las áreas de riesgo e implementar estrategias de prevención de pérdidas más eficaces. Los algoritmos de IA también se utilizan para predecir posibles amenazas y fraudes.
- Enfoque en la experiencia del cliente: Al mismo tiempo que fortalece la seguridad, el comercio minorista se ha centrado cada vez más en mejorar la experiencia del cliente. Eso significa encontrar soluciones de seguridad que no comprometan la conveniencia o la satisfacción del cliente durante el proceso de compra.
- Desafíos del comercio electrónico: Con el crecimiento del comercio electrónico, los minoristas enfrentan nuevos desafíos en relación con las pérdidas, como fraudes en línea y gestión de devoluciones. La adaptación de estrategias de prevención de pérdidas para el entorno digital se ha vuelto esencial para muchas empresas.
En resumen, la transformación de las pérdidas en el comercio minorista en la última década ha estado marcada por avances tecnológicos significativos, un enfoque más integrado y proactivo para la seguridad, y una mayor énfasis en el análisis de datos y la experiencia del cliente. Lo que nos espera aún no lo sabemos, pero algunas ferias internacionales, como la NRF en Estados Unidos y la Euroshop en Alemania, siempre nos dan algunas pistas (el tema de la inteligencia artificial fue algo constante en los encuentros más recientes).
Una cosa es segura: estos cambios deben seguir moldeando la forma en que los minoristas abordan y mitigan las pérdidas en sus negocios, buscando siempre mejoras continuas y adaptación a las nuevas realidades del mercado. Si esta respuesta no es rápida y precisa, es de esperar que tengan problemas. Y eso, definitivamente, ¡nadie quiere!