El tema ESG (Ambiental, Social y Gobernanzanunca ha estado tan de moda en Brasil como ahora. Esto porque se lanzó en el país la Consulta Pública ESG20+, con sugerencias para la estructuración de normas ambientales, sociales y de gobernanza. Disponible hasta finales de marzo, la misma debe dar lugar a un marco regulatorio fundamental para estandarizar prácticas, asegurando que todas las empresas públicas y privadas sigan criterios claros y uniformes.
En el mundo actual, el ESG ha sido ampliamente adoptado para la toma de decisiones de los inversores. Estas tienden a priorizar empresas que adoptan buenas prácticas porque generalmente presentan menores riesgos, están más preparadas para enfrentar desafíos regulatorios y demuestran compromiso con la sostenibilidad a largo plazo. Todos estos factores pueden conducir a una mayor rentabilidad y estabilidad financiera, además de satisfacer las demandas de los consumidores ypartes interesadaspor la transparencia administrativa, la ética y la responsabilidad.
ESG es sinónimo de solidez, costos más bajos, mejor reputación y mayor resiliencia en medio de las incertidumbres y vulnerabilidades. Muchos países y bloques económicos, como la Unión Europea (considerada pionera), Estados Unidos y Canadá, ya tienen sus marcos regulatorios desarrollados.Así, la existencia de criterios unificados y su cumplimiento por parte de las organizaciones elevará a Brasil a una mejor representatividad ante el mercado extranjero, aumentando su competitividad global.
Todas las empresas, independientemente del tamaño, están guiadas por la gobernanza, que no es más que la ética y la transparencia en la administración. De esta manera, todas están influenciadas por el ESG. Uno de los veinte principios sometidos a análisis en la Consulta Pública ESG20+, y también uno de los más importantes, se refiere a la simplificación de la legislación para que las organizaciones de pequeño tamaño tengan mejores condiciones para adaptarse a las normas.
Muchas veces, en la realidad actual, las pequeñas empresas no pueden tener un consejo de administración compuesto por profesionales especializados en gobernanza. Sin embargo, es importante que el propio dueño del negocio o cualquier otro miembro del consejo pueda ser capaz de, por sí solo, estudiar y comprender las orientaciones. Una auditoría interna cuidadosa aumenta la seguridad jurídica, reduce el riesgo de multas y evita que la imagen de la compañía sea dilapidada en el mercado. Ya en relación con las grandes entidades, la presencia de uno o más integrantes especializados en ESG dentro del consejo de administración es esencial.
La existencia de criterios incentiva a las empresas a adoptar prácticas que minimicen impactos, promuevan la justicia social y aseguren la transparencia, resultando en un crecimiento económico sostenible y equilibrado. Recientemente, en una entrevista concedida a la prensa, el director ejecutivo de la Red Brasil del Pacto Global ESG, Carlo Pereira, fue bastante contundente al comentar que “el ESG no es una evolución de la sostenibilidad empresarial, sino la propia sostenibilidad empresarial”.
Según datos recientes publicados por PwC, se estima que, a principios de este año, el 57% de los activos de fondos mutuos en Europa estén en fondos que consideran criterios ESG. Esto corresponde a 8,9 billones de dólares estadounidenses. Otra dato interesante, divulgado por la misma institución, es que el 77% de los inversores institucionales encuestados por la propia PwC planean dejar de adquirir, hasta 2027, productos de empresas que no adopten buenas prácticas.
ESG20+
Cualquier persona interesada puede participar con sugerencias y opiniones en la Consulta Pública ESG20+, que estará disponible hasta finales de marzo. Ella está organizada por el Instituto Global ESG, por la Asociación Brasileña de Relaciones Institucionales y Gubernamentales (Abrig) y por el Movimiento ESG en la Práctica.
La iniciativa interinstitucional busca estructurar normas ambientales, sociales y de gobernanza para orientar a los órganos públicos, la sociedad, las empresas y los inversores en Brasil. El objetivo es simplificar la aplicación de los principios ESG, además de definir criterios unificados para la medición y divulgación de prácticas.