La inteligencia artificial dejó de ser una promesa para convertirse en realidad y ya está transformando profundamente la logística brasileña. Sus impactos son concretos, medidos en ahorro de tiempo, reducción de costos y mejora de la experiencia del consumidor.
Los algoritmos aprenden por sí solos y con una rapidez impresionante. Ellos analizan, en tiempo real, variables como tráfico, ventanas de entrega y grado de urgencia. Con esto, las rutas se optimizan, se evitan errores humanos y las entregas llegan con mayor precisión. Lo que antes dependía de procesos manuales, como la elaboración de propuestas logísticas, ahora puede ser automatizado. En pocos segundos, los precios se ajustan y los costos disminuyen, mientras la eficiencia crece.
En la llamada "última milla", la inteligencia artificial se consolida como diferencial competitivo. Tecnologías de seguimiento en tiempo real, notificaciones automáticas y atención digital hacen que el recorrido sea más ligero y predecible para el cliente, quien se siente más satisfecho. Además, con la intersección de datos históricos, patrones de compra y estacionalidad, la IA permite previsiones de demanda más precisas, contribuyendo a inventarios más inteligentes y reducción de rupturas.
Un ejemplo práctico proviene de un minorista de la región Norte del país, que integró una plataforma de enrutamiento vía API. Antes, cuatro personas eran responsables de esta tarea durante seis horas al día. Después de la adopción de la IA, una sola persona puede realizar el mismo trabajo en solo 40 minutos. Ciudades como Manaus, Boa Vista, Río Branco y Porto Velho comenzaron a contar con entregas más rápidas y coordinadas. El impacto financiero también es claro: una reducción de hasta el 20% en los costos logísticos, sin comprometer y, en muchas ocasiones, incluso mejorando la experiencia del consumidor.
Hoy, asistentes inteligentes recalibran rutas en tiempo real, ayudan a los repartidores en campo y responden automáticamente a las dudas de los consumidores. Una transformación que el mercado no solo percibe como una apuesta arriesgada. En 2022, la aplicación de IA en la logística movió 3 mil millones de dólares a nivel mundial, con proyecciones de alcanzar los 64 mil millones de dólares para 2030. En Brasil, el avance también es significativo: se espera que el volumen aumente a US$ 5,5 mil millones para 2027. Según la segunda estimación de McKinsey, la adopción de inteligencia artificial puede generar hasta 2 mil millones de dólares al año en beneficios para las empresas. Y, según el Foro Económico Mundial, el 20% de las entregas globales ya estarán automatizadas para 2025.
A pesar de los avances, todavía no se trata de una tecnologíaConectar y usarEl sector logístico enfrenta desafíos como sistemas aislados, datos dispersos y una cultura que muchas veces resiste al cambio. La integración, limpieza y uso estratégico de estos datos requieren esfuerzo, capacitación y romper paradigmas. Pero es un movimiento inevitable: quien no avance, quedará atrás.
El futuro de la logística será moldeado por un ecosistema de IA, Internet de las Cosas, sensores y robots, promoviendo más visibilidad, velocidad, seguridad y sostenibilidad. Y la verdad es que ese futuro ya ha comenzado. Su nombre es inteligencia artificial.