La Ley nº 13.429/2017, conocida como Ley de la Tercerización, introdujo cambios significativos en las relaciones laborales en Brasil, permitiendo la tercerización de las actividades principales de las empresas, algo que anteriormente estaba restringido por la legislación y la jurisprudencia laboral. Este cambio generó debates acalorados sobre sus efectos tanto para los empleados como para los empleadores.
Antes de la promulgación de la Ley nº 13.429/2017, la tercerización solo estaba permitida para actividades secundarias, es decir, aquellas que no constituían el objetivo principal de la empresa. Por ejemplo, una empresa de tecnología podría externalizar servicios de limpieza o seguridad, pero no podría externalizar el desarrollo de software, que es su actividad principal. La nueva legislación modificó este escenario al permitir que las empresas subcontraten cualquier actividad, incluyendo las actividades principales.
Otro cambio significativo fue la responsabilidad subsidiaria del contratante en relación con las obligaciones laborales y de seguridad social. Aunque la empresa contratante no sea la responsable directa, puede ser demandada en caso de que la empresa tercerizada no cumpla con sus obligaciones laborales.
La Ley de Outsourcing trajo importantes ventajas a las empresas:
- Reducción de costos:La subcontratación puede permitir una reducción de los costos operativos, ya que las empresas subcontratadas pueden ofrecer servicios especializados de manera más eficiente y con costos menores. Esto puede incluir la reducción de gastos en beneficios y cargas laborales.
- Flexibilidad operativa:Con la posibilidad de externalizar cualquier actividad, las empresas ganan mayor flexibilidad para ajustarse a las demandas del mercado, contratando servicios según la necesidad sin la obligación de mantener una fuerza laboral permanente.
- Centrarse en la actividad principal:Al externalizar actividades no esenciales, las empresas pueden concentrar sus recursos y esfuerzos en la actividad principal, aumentando la eficiencia y la competitividad.
La Ley de Tercerización (Ley nº 13.429/2017) introdujo cambios profundos en las relaciones laborales en Brasil, generando tanto oportunidades como desafíos. La nueva legislación ofrece mayor flexibilidad y reducción de costos operativos. El equilibrio entre los intereses de las empresas y los empleados es fundamental para que la tercerización contribuya positivamente al desarrollo económico y social del país. La supervisión y regulación adecuadas son esenciales para garantizar que se respeten los derechos de los trabajadores y que los beneficios económicos se logren de manera justa y sostenible.