La optimización es uno de los principales objetivos de las empresas, incluyendo el sector minorista. En este contexto, la automatización emerge como una respuesta a esta búsqueda, impulsada por un abanico de tecnologías que prometen revolucionar desde la operación logística hasta la experiencia de compra del consumidor. Y es en la oportunidad de integrar procesos, reducir costos y personalizar las interacciones que la automatización gana espacio central en la toma de decisiones estratégicas de minoristas que buscan el éxito en un mercado cada vez más competitivo.
Es importante recordar que la automatización en este sector no es un concepto nuevo, pero, ante su evolución y la creciente accesibilidad a nuevas tecnologías, su impacto ha sido cada vez más significativo. De acuerdo con el informe de Mordor Intelligence, el tamaño del mercado de automatización de retail fue estimado en US$ 17,46 mil millones en 2024, y deberá alcanzar US$ 37,38 mil millones hasta 2029, creciendo a un CAGR del 14,66% durante el período de previsión (2024-2029).
Ante este escenario, hay diversas herramientas y sistemas que están remodelando el sector y, en algunos casos, impactando directamente la experiencia del cliente. Es posible darse cuenta de eso con el self-checkout, que reduce filas en tiendas físicas; los tótems interactivos, que facilitan la búsqueda de productos; el stock integrado, que garantiza la disponibilidad; y la atención a través de IA o código QR, que agiliza la obtención de información, entre otras infinitas posibilidades que el universo de la automatización trae.
Esta facilidad y eficiencia también se pueden encontrar en el entorno en línea a través de la personalización por IA, las recomendaciones inteligentes, do atendimento 24/7 por chatbots, las actualizaciones automatizadas de pedidos y la proactividad del análisis predictivo, que elevan la satisfacción y la fidelidad del cliente.
Además del efecto que se tiene sobre el consumidor final, ella también contribuye significativamente a la reducción de costos operativos, esto es porque hay una optimización del stock y la implementación de una logística más inteligente. Con eso, al automatizar los procesos, es posible reducir etapas que generan una burocracia innecesaria, aumentando, así, la productividad. Las ganancias también se benefician de una mejora, dado que es posible reducir pérdidas y fraudes y tener una toma de decisiones más asertiva basada en datos.
A pesar de los beneficios, la automatización en el comercio minorista presenta desafíos, entre ellos, el alto costo inicial, la compleja integración con sistemas heredados, y una posible resistencia de colaboradores, que puede exigir una atención mayor en la gestión y en la formación. Otro factor que las empresas también enfrentan es la falta de profesionales calificados, lo que es importante para saber manejar los dilemas que surgirán.
Para enfrentar tanto cuestiones técnicas como culturales, es importante buscar la ayuda de una consultoría. Al fin, con ella, será posible establecer una implementación y planificación estratégica que serán más eficaces, contando con profesionales experimentados podrán visualizar la mejor solución para los problemas que la empresa tenga.
La automatización no es solo una tendencia en el comercio minorista, sino una transformación fundamental que está moldeando la forma en que las empresas operan y compiten. Los minoristas pueden aprovechar el poder de la automatización para optimizar sus procesos, mejorar la experiencia del cliente y construir un futuro más eficiente y próspero
