La ascensión de Donald Trump al poder en Estados Unidos trajo diversos cambios en el enfoque gubernamental respecto a cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Desde el inicio de su administración, hubo un claro debilitamiento de las regulaciones ambientales, una postura menos rigurosa en cuanto a cuestiones sociales y un énfasis en la desregulación del mercado
Sin embargo, incluso ante este escenario político adverso, el concepto de ESG ha mantenido su relevancia y puede seguir creciendo, impulsado por el mercado financiero, inversores institucionales y consumidores
La administración Trump promovió una serie de medidas que debilitan las regulaciones ESG, principalmente en el ámbito ambiental. Entre las principales acciones, se destacan:
a)La salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, debilitando compromisos climáticos globales
b)El relajamiento de normas de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), reduciendo restricciones sobre emisiones industriales y explotación de recursos naturales
do)La revocación de reglas que exigían transparencia de las empresas en relación con los impactos socioambientales
Estas acciones señalan un retroceso en la agenda ESG desde el punto de vista gubernamental. Sin embargo, paradójicamente, este movimiento puede generar una respuesta más fuerte del sector privado y de los mercados internacionales, que tienden a reforzar sus propias directrices ESG
La Unión Europea (UE) ha sido una de las regiones más activas en la creación de reglas para garantizar que las empresas operen de manera sostenible y responsable. Uno de los principales marcos regulatorios es la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD – Directiva de Información sobre Sostenibilidad Corporativa, que obliga a las empresas a divulgar información detallada sobre sus prácticas ESG
Además de eso, hay otras normas importantes
a)Taxonomía de la UE – Definir criterios para clasificar actividades económicas sostenibles
b)Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR – Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles – Obliga a los inversores y a las instituciones financieras a informar sobre el impacto ESG de sus inversiones
do)Ley de Diligencia Debida en Sostenibilidad Empresarial – Exige que las empresas que operan en la UE realicen auditorías para garantizar que su cadena de suministro cumpla con normas ambientales y de derechos humanos
A pesar del desmantelamiento regulatorio promovido por el gobierno federal, las empresas y los inversores se dieron cuenta de que ignorar el ESG podría generar riesgos financieros y reputacionales. Grandes fondos de inversión comenzaron a exigir mayor transparencia ESG, considerando que factores ambientales, sociales y de gobernanza impactan directamente la rentabilidad a largo plazo
Además de los inversores, los propios consumidores desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la relevancia del ESG durante la era Trump. Las nuevas generaciones también demuestran su preferencia por el ESG en el entorno laboral. Los millennials y la Generación Z eligen empleos no solo por el salario, sino por la alineación de la empresa con sus valores
Las nuevas generaciones toman decisiones de consumo basadas en valores e impactos socioambientales. Según un estudio de Bain & Company, empresa de consultoría de gestión, más del 70% de los millennials están dispuestos a pagar más por productos sostenibles. La Generación Z sigue la misma tendencia, siendo aún más exigente con marcas que demuestran un compromiso real con ESG. Es decir, prefieren consumir de marcas alineadas con principios sostenibles y socialmente responsables. Este factor puede incentivar a las empresas a mantener estrategias ESG, independientemente de la postura del gobierno
Desde el inicio del gobierno de Trump, hubo una serie de acciones que buscan desmantelar o reducir la eficacia de programas de diversidad e inclusión en el sector público. El gobierno de Trump adoptó una postura crítica respecto a varias iniciativas destinadas a promover la diversidad racial, étnica y de género en el ámbito federal, muchas de las cuales habían sido fortalecidas en las administraciones anteriores
El objetivo de muchas de estas acciones fue, según defienden sus partidarios, eliminar lo que llamaban “preferencia racial” o “discriminación inversa”. Sin embargo, esas acciones generan controversias significativas, con defensores de la diversidad argumentando que el gobierno está retrocediendo en los avances logrados a lo largo de los años
El desmantelamiento de los programas de diversidad e inclusión enfrenta resistencia dentro del propio gobierno federal. Diversas agencias, como el Departamento de Defensa, continuaron a realizar entrenamientos sobre diversidad de forma independiente, y algunos líderes públicos protestaron contra las órdenes de Trump, defendiendo la importancia de una fuerza laboral diversa e inclusiva para el gobierno y las agencias federales
Además de eso, algunas organizaciones de la sociedad civil y defensores de los derechos humanos impugnaron judicialmente varias de estas acciones, argumentando que violaban derechos constitucionales y leyes que promueven la igualdad de oportunidades. Mientras tanto, con el apoyo de figuras políticas conservadoras, los cambios implementados por Trump tuvieron un impacto significativo en la reducción de recursos y en la adopción de políticas más inclusivas en el sector público
Incluso con un gobierno que busca debilitar los programas de ESG, el concepto sigue siendo relevante, impulsado por inversores, consumidores y regulaciones internacionales
La era Trump demuestra que, aunque las decisiones gubernamentales pueden afectar la velocidad de la adopción ESG, el mercado global y la sociedad continúan exigiendo transparencia, sostenibilidad y responsabilidad social. Las empresas que ignoran esta tendencia pueden enfrentar riesgos reputacionales y financieros, mientras que aquellas que mantengan un compromiso ESG pueden fortalecerse en el escenario global