El comercio electrónico nunca ha contado con tantos recursos tecnológicos como ahora. Desde soluciones basadas en inteligencia artificial hasta automatización de marketing, chatbots, análisis de datos en tiempo real y sistemas logísticos inteligentes, el sector está experimentando un período de evolución acelerada. Y los datos lo demuestran: según Nuvei, se espera que las ventas del comercio electrónico aumenten de 26.600 millones de dólares en 2024 a 51.200 millones de dólares en 2027, un incremento de 92.500 millones en ese período. Esto se debe al avance de la transformación digital y al creciente deseo de personalización en el proceso de compra.
Pero con tantas opciones, surge la pregunta inevitable: ¿qué herramientas realmente valen la pena invertir? En tiempos de márgenes ajustados, los directores de marketing, tecnología o innovación deben adoptar un enfoque centrado en la rentabilidad. En otras palabras, la prioridad es proteger... En resumen —esa última línea del estado financiero que revela las ganancias de la empresa. En este sentido, la elección de nuevas tecnologías debe estar directamente relacionada con el impacto medible que generan en el negocio.
Muchas empresas cometen el error de invertir en herramientas que no se adaptan a su realidad operativa o que se implementan de forma precipitada y sin planificación. ¿El resultado? Equipos sobrecargados de trabajo, datos descentralizados y una serie de procesos bloqueados que dificultan la toma de decisiones. Por lo tanto, una vía más eficaz, especialmente para las pymes, es escalar estratégicamente: adoptar una tecnología a la vez, centrándose en resolver problemas reales y específicos.
Este enfoque permite monitorear con precisión el impacto de cada solución y realizar ajustes cuando sea necesario. Además de ahorrar recursos, esta estrategia favorece un mayor retorno de la inversión (ROI) y reduce el riesgo de desperdicio.
Otro punto importante es adaptar las herramientas al contexto local. Es común que las empresas brasileñas adopten soluciones recomendadas por las sedes internacionales que, aunque consolidadas a nivel mundial, no se ajustan a los procesos regulatorios y operativos de Brasil. Esto genera altos costos en dólares sin una rentabilidad proporcional. En estos casos, los gerentes locales deben asumir un rol más activo y demostrar que las soluciones desarrolladas por empresas nacionales pueden ser más efectivas, más rápidas y financieramente viables.
Es importante destacar que buscar la eficiencia no implica sacrificar la innovación. Los chatbots, por ejemplo, son soluciones probadas para reducir los costos de atención al cliente, con un potencial recorte de hasta el 30% de estos gastos. Sin embargo, la automatización debe usarse con moderación, ya que un exceso puede deshumanizar la experiencia del cliente. Por lo tanto, la planificación es tan esencial como la propia herramienta.
En el mismo razonamiento, el modelo de arquitectura componible, que permite combinar diferentes herramientas para crear soluciones personalizadas, es sumamente prometedor, siempre que se acompañe de objetivos claros y madurez digital. Siguiendo esta lógica, lo ideal es buscar soluciones que satisfagan múltiples necesidades con el menor número de contratos posible. Esto reduce el esfuerzo de integración, simplifica la gestión y mejora la eficiencia operativa. Las soluciones centradas en la experiencia del cliente, como las plataformas de personalización y automatización del marketing, suelen generar retornos más rápidos. Tecnologías más robustas, como el análisis predictivo y los sistemas de optimización logística, pueden adoptarse en fases posteriores, a medida que el negocio madura.
En resumen, la tecnología debería ser un motor de crecimiento, no una carga financiera u operativa. La clave está en tomar decisiones informadas, basadas en datos, objetivos claros y las operaciones reales de cada empresa. No todo lo disponible en el mercado es aplicable a todas las empresas. Lo importante es identificar qué impulsa realmente los indicadores y, a partir de ahí, crecer de forma inteligente.