No existe diferencia entre hombres y mujeres en cuanto al liderazgo corporativo. Este es el principal hallazgo de una investigación realizada por Hogan Assessments y publicada en marzo. El estudio tuvo como objetivo evaluar seis mitos sobre el comportamiento de las mujeres en la gestión, relacionados con su nivel de ambición, tolerancia al riesgo, capacidad para afrontar el estrés, visión estratégica e innovación.
La investigación se llevó a cabo mediante la revisión de tres grandes conjuntos de datos de más de 25.000 ejecutivos globales, incluyendo puntuaciones de personalidad, evaluaciones de desempeño y competencias clave. El estudio se centró en comprender si hombres y mujeres difieren en sus características de personalidad, así como en identificar las diferencias de género en las características de personalidad que predicen la eficacia del liderazgo.
Es increíble que, incluso hoy en día, la sociedad, incluidos los medios de comunicación, siga haciendo eco de estereotipos de comportamiento sobre las mujeres en puestos de liderazgo, como asociar la ansiedad con algo típicamente femenino que dificulta la toma de decisiones. Incluso escuchamos recientemente a Mark Zuckerberg [CEO de Meta] decir que las empresas necesitan más 'energía masculina', una frase que se ha repetido hasta la saciedad en todo el mundo y que carece de fundamento científico alguno», explica Roberto Santos, socio director de Ateliê RH, consultora pionera en el uso de la metodología Hogan en Brasil.
En Brasil, datos del IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) indican que solo 391.000 mujeres ocupaban puestos directivos en 2022, a pesar de que la tasa de participación femenina en el mercado laboral alcanzó los 53.310.000 ese mismo año. En 2023, un estudio del Observatorio Industrial Nacional indicó que el número de mujeres en puestos de liderazgo se mantuvo estable, a pesar de tener el doble de nivel educativo que los hombres.
De hecho, existe una discrepancia similar a nivel mundial. Una encuesta global de Grant Thornton International reveló que, en 2023, las mujeres ocupaban el 33,51 % de los puestos de alta dirección a nivel mundial, a pesar de representar el 421 % de la fuerza laboral mundial.
Mitos desmentidos por la investigación
En todos los mitos analizados, el estudio demuestra que no existen diferencias de personalidad entre ejecutivos y ejecutivas. Sin embargo, lamentablemente, las mujeres siguen enfrentándose a enormes barreras para avanzar en su carrera profesional, y estos resultados son importantes porque refuerzan la necesidad de abandonar creencias obsoletas y prejuiciosas que impiden que las mujeres altamente capaces alcancen puestos de liderazgo, evalúa Santos.
El primer mito examinado fue el de la ambición femenina, a menudo cuestionada como inferior a la masculina. Contrariamente a la creencia popular, los análisis de personalidad demostraron que los ejecutivos, hombres y mujeres, tienen niveles de ambición similares, sin diferencias significativas entre ambos géneros. La ambición se midió mediante la escala "Ambición" del Inventario de Personalidad de Hogan (HPI). En la práctica, los resultados muestran que el desempeño laboral en este aspecto es igual para hombres y mujeres.
Otro punto analizado se refiere a la toma de decisiones y la asunción de riesgos, a menudo asociadas con los hombres. La investigación de Hogan Assessments reveló que hombres y mujeres son igualmente decididos y propensos a asumir riesgos, lo que refuta la idea de que las mujeres son más cautelosas o indecisas.
Además, rasgos como la excesiva cautela, que dentro de la metodología Hogan se refiere a una preocupación excesiva por las críticas, así como la ser obsequiosa (definida como estar ansioso por complacer y reacio a actuar de manera autónoma) son igualmente perjudiciales para hombres y mujeres.
También se cuestionó la creencia generalizada de que las mujeres no son líderes naturales. Utilizando escalas relacionadas con el Modelo de Cinco Factores (Adaptación, Ambición, Sociabilidad, Sensibilidad Interpersonal, Prudencia, Inquietud y Enfoque de Aprendizaje), los datos indicaron que las mujeres exhiben las mismas características esenciales de liderazgo que los hombres.
Otro mito extendido es que las mujeres necesitan adoptar características tradicionalmente masculinas para ser líderes eficaces. El estudio demostró que las características consideradas masculinas, como la dominancia o la contundencia, no confieren una ventaja específica a los hombres; por el contrario, el desempeño de los líderes de ambos sexos se ve afectado negativamente por esta característica.
Finalmente, el estudio también analizó la capacidad de hombres y mujeres para afrontar situaciones de alto estrés y su competencia en innovación y estrategia. Los resultados no revelaron diferencias significativas de género en estas habilidades, lo que demuestra que tanto hombres como mujeres se desempeñan de manera similar en contextos de alta presión y ante exigencias estratégicas e innovadoras.
Por ello, concluye Santos, las organizaciones deben descubrir las verdaderas barreras culturales internas que limitan el acceso de las mujeres a puestos ejecutivos, pues los mitos más comunes sobre las diferencias de personalidad entre géneros son desafiados científicamente por estos y otros estudios.