La figura del CEO a menudo se presenta como un símbolo de éxito y determinación inalcanzables. Sin embargo, detrás de esta imagen, hay una realidad compleja que involucra cuestiones que afectan tanto la salud mental como el rendimiento profesional.
Según Luciana Lima, neuropsicóloga y profesora del Insper, condiciones como el síndrome del impostor y la vulnerabilidad emocional son prevalentes entre ejecutivos de alto nivel. "Cualquier individuo puede desarrollar estas condiciones, independientemente de cuán exitoso o competente parezca externamente", enfatiza.
La síndrome del impostor es un fenómeno psicológico en el cual los individuos cuestionan constantemente sus propios logros y enfrentan un miedo persistente de ser percibidos como "fraudes", incluso cuando alcanzan altos niveles de éxito.
De acuerdo con un informe reciente de Korn Ferry Consulting, aproximadamente 71% de los directores ejecutivos y 65% de los ejecutivos senior reportaron experimentar síntomas de esa síndrome, que incluyen baja autoconfianza y sentimientos de incompetencia o falta de preparación para sus responsabilidades.
“Para muchos CEO, especialmente en entornos competitivos y exigentes, ese sentimiento puede ser exacerbado por la presión constante por resultados y la necesidad de mantener una imagen de éxito a toda costa”, complementa la neuropsicóloga.
Además de la síndrome del impostor, la vulnerabilidad emocional es otra faceta importante a considerar. Los CEO a menudo enfrentan decisiones difíciles, críticas severas y una carga de responsabilidad significativa. Esto puede llevar a un estado donde la presión del cargo y el aislamiento de las decisiones de liderazgo pueden impactar profundamente el bienestar mental de este profesional.
“La vulnerabilidad emocional sentida por los profesionales en sus puestos desencadena una serie de consecuencias que pueden sentirse en áreas relacionadas con la reputación, la carrera, las relaciones y la confianza conquistada. Este estado puede influir significativamente en la toma de decisiones estratégicas y en la dinámica interpersonal dentro de las organizaciones”, añade Lima.
La neuropsicóloga enfatiza además que la vulnerabilidad no debe ser vista únicamente bajo una óptica negativa. “Aceptar, asumir y compartir ese sentimiento con su equipo y/o organización puede reducir la sensación de fraude y la presión para actuar como un superhombre o una supermujer”, señala.
Ante este desafío, es fundamental promover una cultura organizacional que valore la autenticidad y el apoyo emocional a estos profesionales. “Reconocer y abordar estas condiciones no como una debilidad, sino como una realidad humana compartida, es esencial para lograr el éxito individual de los CEO, pero también para el bienestar general dentro de las organizaciones”, finaliza Luciana Lima.

