Todos los mercados, sin excepción, se están volviendo más digitales y rápidos. En el universo de los negocios, las empresas buscan formas de recibir y realizar pagos que sean más fáciles, más ágiles, sin mucha burocracia y con costos menores. Por eso, no es de extrañar que las criptomonedas hayan comenzado a verse como un polo de innovación, con una enorme capacidad para optimizar el comercio, especialmente en operaciones que involucran diferentes países.
Básicamente, esta solución garantiza nuevas oportunidades para organizaciones y consumidores. Y la razón es simple: la simplificación de los procesos financieros. La circulación entre valores globales se vuelve más práctica y transparente con la acción de este recurso, ya que permite la incorporación de tecnologías como blockchain y contratos inteligentes.
Para ejemplificar, vamos a pensar en dos escenarios de una misma situación: una empresa nacional que quiera comprar un petrolero ruso. En el primero, sin la acción de criptomonedas, el dinero necesitaría ser depositado en una cuenta de custodia, que actúa como un intermediario para almacenar los fondos durante una transacción, en uno de los dos países, como una forma de garantía de pago. Es decir, cuando el barco llegara al lugar, la cantidad sería liberada y ocurriría una operación cambiaria de nota futura, trayendo riesgos relacionados con variables de transporte, entrega, calidad del producto, etc.
Ya en segundo lugar, con las criptomonedas entrando en juego, todas estas etapas podrían ser menos burocráticas con la incorporación de un contrato inteligente. La modalidad en sí misma sirve como una garantía de pago por ser instantánea y segura. De esta manera, los involucrados están en la misma página, son menos impactados por las oscilaciones del mercado y realizan las transacciones en cuestión sin grandes dificultades.
Más ventajas, menos riesgos
A pesar de elevar las operaciones financieras a un nuevo nivel de eficiencia, el gran temor en relación con las criptomonedas está relacionado con la volatilidad. Sin embargo, debemos entender que esta característica ya existe hoy, independientemente del uso de la moneda digital.
Principalmente por involucrar a muchos terceros y una serie de incertidumbres globales, este tipo de riesgo es intrínseco a las relaciones comerciales actuales. Sin embargo, usar la tecnología para eliminar procesos innecesarios en la negociación es una ventaja mayor que cualquier obstáculo que pueda surgir.
Las criptomonedas eliminan todas las complejidades jurídicas posibles que existen en las operaciones internacionales. Las modalidades programables son capaces de absorber los detalles contractuales cambiarios, aportando más previsibilidad a lo que las empresas realmente tienen la oportunidad de controlar y planificar.
Jornada de regulación
A raíz del crecimiento de las inversiones en criptomonedas, la regulación se ha convertido en un importante tema de debate global, con el fin de garantizar la conformidad y la seguridad en las transacciones. En Brasil, la única legislación existente sobre este mercado actualmente es la Instrucción Normativa (IN) 188, que obliga a los servicios de negociación Over-the-Counter (OTC) y a las operadoras a realizar una declaración de impuestos sobre la renta.
Con el aumento de las inversiones en el sector, existe una fuerte necesidad de que este proceso sea más refinado. Esto profesionalizaría el segmento, ya que las empresas que operan deben seguir ciertos estándares, lo que aporta mayor solidez jurídica para los inversores personales e institucionales.
Muchas organizaciones aún temen invertir en criptomonedas precisamente por la falta de velocidad en el ámbito regulatorio. Por otro lado, no podemos dejar de notar que el avance tecnológico vinculado al procesamiento cuántico y la Inteligencia Artificial Generativa está ayudando a diversas empresas a protegerse de agentes malintencionados, blindando las operaciones. De hecho, estas herramientas serán indispensables en el territorio brasileño debido a la llegada del DREX, la moneda digital del Banco Central de Brasil, cuya puesta en marcha está prevista para 2025.
El mundo de las criptomonedas no es algo de un futuro lejano. Ya es una realidad que está empezando a cambiar la forma en que las empresas hacen negocios. Los individuos y las corporaciones necesitan entender cada vez más que esta es una tendencia importante en el mercado financiero, que puede impulsar negocios y economías enteras.