El mercado de la electrónica está experimentando una rápida transformación, impulsado por los avances tecnológicos y los cambios en el comportamiento del consumidor. Según una encuesta realizada por PwC en colaboración con el Instituto Locomotiva, el sector de la electrónica ha crecido significativamente en los últimos 10 años. En 2024, el 451% de los encuestados afirmó haber consumido más productos electrónicos durante ese período, lo que demuestra no solo una mayor demanda de dispositivos, sino también un cambio en las expectativas de los usuarios.
Ante esto, considero que una de las estrategias más prometedoras para 2025 es la creación de productos electrónicos que satisfagan las necesidades diarias reales de los usuarios, como dispositivos que contribuyan al bienestar del consumidor. Dispositivos como relojes inteligentes, pulseras de actividad física, anillos inteligentes e incluso auriculares con cancelación de ruido están ganando terreno en el mercado. Esta tendencia pone de manifiesto una creciente preocupación por la salud mental y física, acentuada por los desafíos de una vida siempre conectada.
Invertir en tecnología para el bienestar implica ofrecer soluciones que equilibren la productividad y la calidad de vida. Las aplicaciones que monitorizan el sueño, facilitan la meditación o controlan los niveles de estrés se han vuelto atractivas en un momento en que las personas buscan un equilibrio entre el trabajo y el cuidado personal.
Además de centrarse en el bienestar, la sostenibilidad es otro aspecto importante. Si bien supone un reto, las marcas de electrónica pueden contribuir a ello priorizando la durabilidad de los productos y fomentando el consumo responsable. Invertir en materiales de calidad, ofrecer garantías más largas y educar a los consumidores sobre cómo prolongar la vida útil de los dispositivos son medidas prácticas y eficaces.
Estas iniciativas atraen a un público más exigente con el medio ambiente y ayudan a las marcas a cumplir con las normativas de conservación, cada vez más estrictas en varios países. Este es un momento crucial para el sector, que necesita equilibrar la rentabilidad con la responsabilidad ambiental, social y de gobernanza (ESG).
Otra tendencia fuerte es la personalización y la conectividad entre dispositivos electrónicos. Los consumidores prefieren soluciones que funcionen bien en conjunto. Las tecnologías que utilizan inteligencia artificial para crear experiencias personalizadas, como los asistentes virtuales y los dispositivos conectados, se están convirtiendo en un factor diferenciador clave.
Si bien el crecimiento del sector es evidente, las empresas deben mantenerse al día no solo con las innovaciones tecnológicas, sino también con las expectativas de los consumidores y las regulaciones del mercado. La clave para destacar será encontrar el equilibrio entre innovación, sostenibilidad y bienestar.
Por lo tanto, invertir en estrategias que combinen tecnología moderna, responsabilidad ambiental y enfoque al consumidor es la forma de que las empresas sigan siendo relevantes en un nicho tan dinámico y lleno de oportunidades.