La planificación estratégica es una tarea vital para cualquier empresa, ya que es a través de ella que la organización buscará un crecimiento sostenible y competitivo. No es, por tanto, una actividad trivial o que se puede realizar sin cuidados, y un buen asesoramiento jurídico es un aliado importante para aumentar las posibilidades de éxito de la planificación.
Una visión tradicional de la planificación estratégica es la contenida en el libro “Competitive Strategy”, de Michael Porter, que presenta tres estrategias diferentes que suelen utilizar los emprendedores:
- Estrategia de costos: el objetivo es obtener una ventaja competitiva ofreciendo productos o servicios a precios más bajos que otros competidores en un mismo mercado. Para que esta estrategia funcione, la empresa buscará reducir sus costos (con mano de obra, materias primas), mayor eficiencia en sus procesos productivos y ganancias en economías de escala, por ejemplo.
- Estrategia de diferenciación: a través de esta estrategia, la empresa busca ofrecer un producto o servicio único, inconfundible y de alto valor añadido. Las marcas de lujo o empresas con tecnologías exclusivas y/o innovadoras son ejemplos de organizaciones que utilizan la estrategia de diferenciación.
- Estrategia de enfoque: la estrategia de enfoque (o enfoque), finalmente, es aquella que pretende satisfacer una necesidad específica en el mercado, de la manera más eficiente posible. En la estrategia de enfoque, hay un pequeño número de clientes atendidos, a través de una cartera de productos/servicios mucho más limitada (a veces la empresa ofrece un solo producto o servicio), lo que convierte a la empresa en un proveedor crítico para ese mercado.
Cada una de las estrategias trae distintos riesgos y oportunidades, que pueden gestionarse mejor a través de acuerdos contractuales, acciones preventivas e integración entre la estrategia comercial y la estrategia legal de la empresa.
¡Veamos algunos ejemplos!
Estrategia de costos
Cuando una empresa adopta la estrategia de costos, necesita reducir sus gastos tanto como sea posible, para poder mantener su diferencial competitivo frente a otros competidores con la misma estrategia.
Uno de los grandes riesgos, entonces, termina siendo el uso de proveedores que no cumplan con la legislación laboral, sometiendo a los trabajadores a condiciones degradantes. Lamentablemente, esta es una situación muy común y debe gestionarse adecuadamente mediante un procedimiento de diligencia debida de la actividad de los proveedores cada vez más relevante ante la importancia de la agenda ESG, ya no aceptándose que la empresa simplemente afirma que “no conocía” las prácticas de sus contratistas o proveedores.
Otro riesgo al que está sujeta una empresa que adopta la estrategia de costes es el reajuste del precio de sus insumos, lo que muchas veces requiere la transferencia de lo alto a los consumidores (con la pérdida de ventaja competitiva). Para evitar situaciones como estas, es importante que los contratos de suministro contengan cláusulas claras de ajustes de precios (con el uso de índices compatibles con las peculiaridades del negocio), así como normas sobre la transferencia de reajustes excepcionales o la posibilidad de rescisión sin sanciones en caso de aumento excesivo de costes para una o ambas partes.
Estrategia de diferenciación
La estrategia de diferenciación suele requerir grandes inversiones diseño, ya sea en Investigación, Desarrollo e Innovación (PD&I), o incluso en atraer y retener talento.
Para las empresas que adopten esta estrategia, el apoyo jurídico estará relacionado con diversas actividades, tales como: protección de la propiedad intelectual (marcas, patentes, etc software), desde el registro ante la BPTO hasta posibles demandas para evitar el mal uso de los elementos diferenciadores; acuerdos de confidencialidad y no divulgación; planes para asociación y opciones sobre acciones retener empleados clave para el éxito de la estrategia de diferenciación.
Además, es natural que la empresa necesite grandes cantidades de capital para desarrollar sus productos o servicios. En este punto, puede ser necesario preparar contratos complejos con inversores, en los que el asesoramiento jurídico ayudará a elegir la modalidad de inversión entre las alternativas disponibles en la legislación (como inversión ángel, mutua convertible, cuenta de asociación en participación, etc.) y supervisará todos los pasos de la ejecución del contrato de inversión, desde las negociaciones iniciales (que podrán regularse mediante un Memorando de Entendimiento) hasta la redacción y celebración del contrato (con la liberación de los valores y conversión de la inversión en capital, por ejemplo).
Estrategia de enfoque
A través de la estrategia de enfoque, el emprendedor termina atrayendo riesgos relacionados con el nicho de mercado más pequeño que servirá a ̄, lo que puede ponerlo en desventaja ante el riesgo de nuevos participantes (es decir, competidores que pueden surgir en el futuro) y productos/servicios sustitutos.
Aquí, además de las protecciones fundamentales relacionadas con la propiedad intelectual, es importante que los contratos con los clientes contengan cláusulas de exclusividad con una duración adecuada, un alcance bien definido y sanciones suficientes para preservar la inversión del empresario.
También es relevante que los contratos contengan cláusulas de no competencia, para evitar que los clientes de la empresa desarrollen internamente la solución que se contrata; así como cláusulas de no solicitud, con el fin de impedir que los clientes contraten empleados, socios o proveedores de servicios de la organización, generalmente una estrategia para internalizar esa actividad.
De los ejemplos anteriores, queda claro que el asesoramiento jurídico es un aliado importante de la planificación estratégica, siempre que se analice cuidadosa y adecuadamente cuáles son las direcciones que la organización pretende tomar y cuáles son las necesidades jurídicas reales de ese negocio.
Sergio Luiz Beggiato Junior es abogado de Rucker Curi & Legal Advocacy.