Después de dos años de cálidos movimientos, el Black Friday de este año promete transformaciones significativas, con un aumento de 10% en los ingresos totales que se espera que asciendan hasta R$ 7,6 mil millones % y un crecimiento de 14% en el número de pedidos. Estas tendencias fueron reveladas en un estudio realizado por las empresas del Grupo Stefanini.
Si bien el volumen de ventas está aumentando, los datos muestran que se espera que el billete medio caiga 4%. Esto sugiere que, si bien la gente seguirá comprando, gastará menos por transacción en comparación con años anteriores, lo que refleja la precaución de los consumidores y exige a los minoristas que desarrollen estrategias de ventas más elaboradas.
Según el experto William Santos, director comercial de VarejOnline, empresa especializada en tecnología para la gestión de tiendas, franquicias y puntos de venta (POS), el secreto para obtener una alta facturación en este periodo, incluso con los consumidores más moderados, reside en la combinación de estrategias de marketing efectivas, gestión de inventario y experiencia del cliente.
Uno de los primeros pasos recomendados es la anticipación de acciones promocionales. “Empiece a preparar al público semanas antes con avances y ofertas exclusivas para clientes registrados que pueden crear una expectativa que se traduzca en ventas expresivas”, afirma.
Además, el análisis de datos de ediciones anteriores puede proporcionar información para fijar precios e identificar productos con mayor potencial de ventas. El uso de sistemas ERP (Enterprise Resource Planning) permite a los minoristas tomar decisiones basadas en esta información precisa, desde la gestión de inventario hasta la personalización de ofertas para diferentes segmentos de clientes.
“Un ERP eficiente puede integrar todas las operaciones de la tienda, desde la compra hasta la venta, optimizando la logística y asegurando que los productos adecuados estén disponibles en el momento adecuado”, continúa Santos. Con estas herramientas, puede ajustar rápidamente las estrategias de precios y promociones, maximizar la rentabilidad y mejorar la experiencia del cliente.
Los minoristas que monitorean de cerca la demanda y mantienen un equilibrio entre la oferta y la demanda tienden a evitar problemas de interrupción al garantizar que los artículos más deseados estén siempre disponibles.
“Por último, no se puede descuidar la experiencia del cliente, ya sea en el entorno físico o digital. Invertir en un proceso de compra fluido, con un servicio rápido y eficiente, puede ser el diferencial que convierte una venta única en una relación duradera con el cliente. Para el comercio minorista en línea, esto incluye garantizar que el sitio esté optimizado para el tráfico intenso y que las opciones de pago y entrega sean claras y variadas”.