A medida que el comercio minorista nacional se adapta a los nuevos requisitos fiscales, digitales y logísticos, comienza a producirse una transformación silenciosa pero decisiva con la llegada de agentes autónomos de Inteligencia Artificial (IA). Más que herramientas de apoyo, estos sistemas están empezando a funcionar como recursos digitales inteligentes, con capacidad de aprender, decidir y actuar en nombre de la empresa, influyendo directamente en el desempeño comercial y operativo.
Según el último informe de PwC, 79% de los ejecutivos encuestados dicen que sus empresas ya utilizan agentes de IA y 88% tienen la intención de aumentar las inversiones en IA en los próximos 12 meses. En otra encuesta, Deloitte proyecta que 25% de las empresas adoptarán agentes para 2025, alcanzando 50%. en 2027. Esto demuestra que los agentes ya no son prometedores, ya son parte de la infraestructura empresarial.
Más que automatizar tareas, los agentes de IA están redefiniendo el liderazgo al proporcionar inteligencia contextual para decisiones de alto impacto. El líder pasa de ser el centralizador de la información a convertirse en un orquestador del talento humano y las capacidades digitales. Este cambio requiere más acción basada en datos, capaz de transformar los conocimientos generados por la IA en acciones inspiradoras y resultados concretos. En la práctica, el enfoque del liderazgo migra a la visión, la cultura organizacional y la estrategia, mientras que la IA se hace cargo de la ejecución y el análisis en tiempo real.
Si la transformación digital ha dado escala y visibilidad a las empresas, los agentes de IA están llevando el comercio minorista a un nuevo nivel: el de la autonomía computacional.
De la ganancia operativa a la inteligencia aplicada
El comercio minorista entra ahora en la era del rendimiento digital inteligente. Para los directores ejecutivos y directores, posponer la integración de agentes de IA es arriesgar la eficiencia y la relevancia en el mercado. Los datos ya indican que quienes lideran esta adopción crean ventajas competitivas, reducen costos, aceleran decisiones y promueven experiencias de compra más fluidas. Pero es necesario actuar con estrategia, gobernanza y un propósito claro, no basta con implementar la tecnología, es necesario rediseñar el negocio que la rodea.
Los agentes de IA no son sólo chatbots, sino asistentes de preguntas frecuentes. Estamos hablando de sistemas que interactúan con diferentes plataformas, analizan grandes volúmenes de datos en tiempo real y pueden realizar rutinas como la revisión automática de precios de productos, la redistribución inteligente de inventario, la previsión de la demanda y la detección de fraude. o servicio personalizado basado en un comportamiento predictivo, sin depender de desencadenantes humanos.
La adopción de agentes de inteligencia artificial comienza con ganancias tangibles como mayor eficiencia, previsibilidad, productividad y menos fricción operativa. Pero el potencial va más allá. Ya es posible conectar modelos que monitoreen los canales de ventas en tiempo real y ajustar campañas en función de variables como el desempeño regional, el comportamiento del consumidor y la disponibilidad de existencias sin intervención manual. Antes de limitarse a estructuras de inteligencia centralizadas sólidas, estas capacidades ahora son posibles gracias a las soluciones en la nube y al avance de la IA como servicio, accesible incluso para redes que operan fuera de los grandes centros.
Este nuevo escenario también cambia las expectativas de los consumidores. Según el Instituto de Investigación Capgemini, 71% de personas esperan que el comercio minorista incorpore capacidades de IA generativa en sus experiencias de compra. Y 58% ya prefiere las recomendaciones hechas por estos agentes a los motores de búsqueda tradicionales. Más que una elección tecnológica, la incorporación de la IA se convierte en una respuesta estratégica a la nueva lógica del consumidor.
¿Están listos los minoristas brasileños?
A pesar de los recientes avances, el comercio minorista brasileño sigue avanzando con cautela. Muchas empresas, especialmente fuera de los grandes centros, siguen estancadas en sistemas heredados y procesos manuales. Por otro lado, existe una oportunidad concreta para quienes quieran reposicionarse. La adopción de agentes inteligentes se ha vuelto más viable y accesible con el crecimiento de la IA como servicio, el avance de los modelos código abierto y la consolidación de plataformas interoperables, creando un escenario favorable para quienes quieran empezar ahora.
En el comercio minorista, donde los estrechos márgenes y la agilidad definen la competitividad, la IA está revolucionando todo el recorrido operativo, desde la planificación de inventario hasta el servicio personalizado. Los agentes inteligentes analizan el comportamiento de consumo, el historial de compras, las tendencias locales e incluso variables externas, como el clima y la estacionalidad, para predecir demanda, ajustar precios y recomendar productos con precisión. El resultado es un comercio minorista más proactivo, capaz de anticipar las necesidades de los clientes y reducir el desperdicio.
Además, la IA permite simular escenarios antes de ejecutarlos, reduciendo riesgos y aumentando el retorno de la inversión. Así, el proceso de toma de decisiones ya no depende de intuiciones subjetivas para basarse en análisis predictivos basados en datos concretos, sin renunciar a la sensibilidad humana, todavía esencial en la experiencia del consumidor.