Casi unánimes (96%) al afirmar que aumentarán las inversiones en Inteligencia Artificial (IA) este año, los CIO, directores de Tecnologías de la Información, se enfrentan a una paradoja: sólo 49% dicen que sus equipos están preparados y 46% reportan datos insuficientes para respaldar los proyectos, según un reciente estudio de PwC.
¿Pero qué hacer cuando la empresa ya ve el valor de la IA y se topa con una falta de datos o de preparación del equipo?
La tecnología por sí sola no basta. Sin la capacitación adecuada y datos de calidad, la inversión en IA podría no tener el impacto esperado. Y este también es el papel de los líderes: capacitar a las personas, garantizar un soporte técnico sólido e integrar sistemas para transformar la IA en una verdadera ventaja competitiva, afirma João Neto, director de ingresos de Unentel.
La gobernanza de la IA también está en desarrollo: solo el 421% de las empresas cuentan con políticas estructuradas, y el 491% las están implementando, según Logicalis. Aun así, los resultados son rápidos: el 771% de las empresas que invirtieron en los últimos 12 meses ya han obtenido un retorno de la inversión.
En otras palabras, incluso con brechas estructurales, la IA ya muestra resultados concretos, lo que hace aún más urgente invertir en capacitación y buenas prácticas de gobernanza. Aún hay mucho margen para expandirlas y lograr mayores retornos, continúa el CRO.
Otra estadística importante, destacada por Gartner, indica que el 63% de las empresas con un alto nivel de madurez en IA ya monitorean los resultados de sus proyectos mediante sólidas métricas de ROI y satisfacción del cliente. Sin embargo, menos de la mitad de estas organizaciones logran mantener sus proyectos de IA operativos durante tres años o más, lo que refuerza la importancia de contar con estrategias estructuradas a largo plazo.
Para que estas inversiones en IA sean duraderas y transformadoras, es necesario aumentar la confianza y la capacidad operativa de los equipos, fortalecer la gestión de datos y consolidar una cultura de aprendizaje continuo, una tríada que, para João Neto, es esencial para garantizar que la innovación realmente se traduzca en valor comercial.
“No basta con invertir: hay que preparar el terreno para que los datos, las personas y la cultura avancen juntos”, concluye el ejecutivo.