En este año, la Black Friday tiene fecha marcada para el 29 de noviembre, y con ello, minoristas y consumidores esperan con ansias las ventajas y promociones del período, que en los últimos años se ha convertido en uno de los más esperados del calendario del comercio minorista, equiparable a fechas como la Navidad. La gran diferencia relacionada con el comportamiento de compra es que en la Black Friday muchas veces la compra se realiza de manera inmediata y no consultiva, ya que los clientes buscan directamente el precio, es decir, vende quien tenga la mejor oferta.
Para manejar este gran volumen de demanda y escalar su capacidad de atención, el minorista necesitaría costos elevados, además de capacitación. Por otro lado, con la Inteligencia Artificial conversacional, se promueve un estándar de atención de calidad independientemente del cliente y del horario. La I.A. en el período posterior al Black Friday, por ejemplo, es un punto clave, cuando se menciona la importancia de esta atención.
La impulsividad a la hora de comprar también genera un alto índice de abandono de carritos con productos. Es ahí donde entran en juego las campañas de recuperación de carritos abandonados, promoviendo un nuevo contacto para que el consumidor pueda recuperar lo que dejó. Además, pensando en la experiencia de extremo a extremo de este cliente, la atención para cambios, dudas o devoluciones mediante I.A. contribuye a mantener al consumidor satisfecho.
La inteligencia artificial no reemplaza a las personas, pero permite que la empresa asigne a sus colaboradores en lugares más estratégicos. El objetivo es que el estándar de atención que aporta la I.A. fidelice al cliente, quien sabe que, independientemente del momento de contacto, ya sea proactivo o receptivo, será de calidad. Además, la tecnología garantiza una atención accesible, ya que puede manejar diferentes idiomas, formatos y estilos de comunicación.
Según el levantamiento de Neotrust y ClearSale, la facturación de la Black Friday 2023 en el comercio electrónico brasileño fue de R$ 5,23 mil millones, lo que representa una caída del 14,6% en comparación con el año anterior. Con la disminución en la tasa de ventas online, muchos minoristas buscan nuevos métodos para destacarse en un mercado competitivo y atender a un público que demanda novedades, además de la comodidad digital. El estudio “Inteligencia Artificial en el Retail”, de Central do Varejo, realizado en 2023, muestra que el 47% de los minoristas ya utilizan IA, mientras que el 53% aún no han implementado esta tecnología.
“En el Black Friday, el comercio tiende a alcanzar en un solo día la facturación de un mes entero. Para el e-commerce, hay un mayor volumen de consumidores en los sitios web. Por eso, es necesario que el uso de la IA se enfoque en agregar calidad a toda la jornada del cliente, desde la búsqueda hasta el postventa, creando un estándar de atención, independientemente del horario o del estilo de lenguaje, ayudando al cliente con las dudas que forman parte de toda su experiencia de compra”, menciona Viviane Campos, Head Global de Negocios de Connectly.ai.
Sin embargo, la IA ya es una realidad en el sector minorista, aunque muchos necesitan adaptarse para seguir el ritmo de las innovaciones. "El minorista que comprenda el poder de la IA y el significado de un servicio estandarizado logrará generar lealtad en comparación con aquellos que no la utilizan. Además, la IA beneficia a negocios de todos los tamaños, ya que implica un costo financiero bajo a largo plazo", añade Viviane.