El mercado brasileño de medios minoristas 42,3% está experimentando un auge de crecimiento. El mercado alcanzó el año pasado la cifra de 1.310 millones de rands 3,8 mil millones, un salto de 42,3% con respecto a 2023 20,3% 2023.
Y este movimiento se ha producido precisamente porque los minoristas y la industria están adoptando esta tendencia con tanta rapidez que la expectativa es que este canal de medios finalice 2025 con un crecimiento significativo respecto a 2024. Esto demuestra que el comercio minorista nacional está decidido a convertirse en protagonista. en publicidad digital, navegando por la “tercera ola de medios online (como se ha llamado a las redes de medios minoristas). En otras palabras, existe un consenso cada vez mayor de que los minoristas se convertirán en potencias publicitarias, con un papel central en la conexión entre marcas y consumidores.
Al menos 64% de las principales marcas brasileñas ya trabajan con medios minoristas, según la encuesta Retail Media Insights de 2024. Por parte de los minoristas, 5% afirman operar ya su propia red de medios (desde supermercados hasta farmacias y mercados, varios segmentos están creando estructuras para monetizar sus audiencias.
El poder de segmentación del Retail
Detrás del auge de las redes de medios minoristas se encuentra un activo valioso del minorista: los datos primarios (datos propios) de sus consumidores. A diferencia de otros vehículos, el comercio minorista contiene información rica sobre el comportamiento de compra 2, el historial de transacciones, los artículos vistos, la frecuencia de las visitas, las preferencias e incluso los datos del programa de fidelización. Esta información permite una segmentación extremadamente precisa de la audiencia. Los minoristas pueden aprovechar los conocimientos de compra de sus clientes para ofrecer soluciones publicitarias hiperdirigidas, llegando al consumidor adecuado con el mensaje adecuado y en el momento más oportuno.
Esta capacidad de segmentar en función de datos propios gana importancia estratégica en un contexto de mayor restricción al uso de cookies de terceros y demanda de privacidad. Los minoristas, actuando como “propietarios de la” audiencia, es algo difícil de encontrar en otros medios de la misma escala.
Por ejemplo, una red de farmacias puede dirigir anuncios de vitaminas sólo a clientes que hayan comprado recientemente productos para la salud, o un supermercado en línea puede promocionar alimentos orgánicos entre los consumidores que buscan artículos de fitness. El uso inteligente del historial de compras, las búsquedas y el perfil demográfico hace que los anuncios sean mucho más relevantes para el consumidor, aumentando las ventas y la lealtad a la marca. Los estudios destacan que los medios minoristas ofrecen precisamente esta posibilidad de personalización masiva, combinando alcance con contenido personalizado para cada cliente.
Además, la calidad de los datos minoristas permite métricas de rendimiento más sólidas. Como las redes de medios minoristas operan dentro de los propios sistemas del minorista, es posible atribuir directamente el resultado de una campaña a las ventas realizadas, cerrando el ciclo completo de medición. Esta tarea de “bucle cerrado” en la que es posible conectar la impresión del anuncio con la transacción en el cajero es un gran diferencial. La riqueza de datos de compra y la capacidad de atribuir directamente el retorno de la inversión hacen de los medios minoristas una estrategia muy valorada por las marcas.
Para los anunciantes, esto significa que invertir en el canal minorista no es un salto en la oscuridad: por el contrario, los resultados de ventas se pueden probar de forma rápida y precisa, lo que facilita justificar la inversión y optimizar las campañas casi en tiempo real.
Integración entre lo digital y lo offline: impacto directo en POS
Un aspecto importante de las redes de medios minoristas es la integración entre el mundo en línea y fuera de línea. Algunos de los minoristas más grandes que operan en Brasil tienen una enorme base de clientes tanto en línea como fuera de línea. Esto permite a estas empresas crear una combinación única de canales para atraer al consumidor en múltiples puntos de contacto durante su proceso de compra.
Otro ejemplo: un cliente puede verse afectado por un banner de producto en la aplicación móvil del supermercado y, al visitar la tienda física, encontrar una oferta personalizada en una pantalla digital en la góndola o cerca de la caja. Esta sinergia en línea lleva el mensaje publicitario hasta el “último kilómetro” del proceso de decisión, literalmente cuando el consumidor tiene el producto en la mano. No es de extrañar que los expertos vean los medios minoristas como una forma de influir en la elección del consumidor en el momento crítico de la compra.
Dentro de las tiendas, los medios digitales en las tiendas han ido ganando terreno como una extensión de las cadenas minoristas. Las pantallas inteligentes, los tótems interactivos, los paneles electrónicos de estantería (ESL) e incluso los monitores del carrito de compras se convierten en inventario publicitario. Los minoristas pueden ubicar estratégicamente estas pantallas cerca de cajas o pasillos de alta circulación para estimular las compras de último momento.
Es lógico que, desde un punto de vista operativo, la integración online y offline requiera un esfuerzo tecnológico de medición: unificando los dos medios. Esto sigue siendo un desafío para los minoristas, cuya solución ha sido la personalización a través de campañas de fidelización cada vez mejores. Aunque todavía hay problemas tecnológicos, la dirección es clara: el futuro de los medios minoristas es ofrecer una experiencia omnicanal cohesiva, donde poco importa si la interacción ocurrió en el mundo virtual o en el mundo físico 5 ambos entornos se complementan para involucrar al consumidor y generar resultados para las marcas.
Cambio de paradigma: de canal de ventas a canal de medios
El surgimiento de las redes de medios minoristas representa un cambio de paradigma en la forma en que se ve el comercio minorista en la combinación de marketing. Históricamente, los minoristas eran vistos sólo como canales de distribución y puntos de venta, mientras que la construcción de marcas y la publicidad estaban a cargo de los vehículos de medios tradicionales, más recientemente de las plataformas digitales. Con el giro hacia los medios minoristas, esta separación se desmorona: el comercio minorista es ahora también un vehículo para la comunicación de masas, empezando a competir por presupuestos publicitarios que antes se destinaban a otros medios.
En la práctica, las grandes cadenas minoristas se han hecho realidad editoresmonetizar sus sitios web, aplicaciones y tiendas como un portal de noticias vive de anuncios o una estación de televisión vende espacios comerciales.
Para las marcas publicitarias, esto representa una reconfiguración de las estrategias. Una parte de la inversión que antes estaba destinada a acciones de marketing comercial en el punto físico de venta migra a acciones mediáticas en las propiedades digitales del minorista. Otra parte, que iría a los medios de comunicación genéricos, ahora se puede asignar más enfocada a través de los medios minoristas, llegando exactamente al comprador en el “momento de la verdad de la compra.
Esta convergencia hace que el marketing y el comercio se unan, lo que exige que los directivos piensen de forma integrada: vender y comunicarse se han convertido en facetas del mismo recorrido del consumidor. Como resultado, los grandes anunciantes globales ya están reorganizando equipos y presupuestos para contemplar este nuevo pilar. Algunos llaman a este movimiento “mediación” minorista (es decir, el comercio minorista ya no es sólo distribución y también se convierte en medios.
Si antes los supermercados, farmacias y grandes almacenes eran sólo el escenario de otras estrategias mediáticas, ahora tienen su propio foco. Este modelo redefine no sólo los flujos de inversión, sino que también requiere nuevos enfoques por parte de todos los actores del mercado. Las marcas deben estar más basadas en datos y orientadas al desempeño, las agencias deben incorporar nuevos conocimientos y habilidades, y los minoristas asumen las responsabilidades de las empresas de medios, garantizando la experiencia del consumidor también en términos de contenido y relevancia publicitaria.
El ecosistema publicitario se expande y se vuelve más complejo (pero en el centro de esta transformación hay una lógica clara: quienes están más cerca del consumidor en el camino de las compras ganan voz y valor en el juego mediático. El comercio minorista, con plataformas propias, ha demostrado estar en el lugar correcto y en el momento adecuado para capitalizar esta dinámica. Corresponde a otras partes del mercado adaptarse a este nuevo paradigma, integrando los medios minoristas en sus estrategias para no quedarse atrás en esta evolución que, al parecer, ha llegado a quedarse.