Mucho más allá de una tendencia, la adopción de prácticas sostenibles se ha convertido en un verdadero diferencial competitivo. Con los consumidores cada vez más conscientes del impacto ambiental de sus elecciones, las pequeñas empresas han encontrado en la sostenibilidad un camino estratégico para crecer, retener clientes y destacarse en el mercado. Una encuesta de Ilumeo reveló que 75% de los encuestados conocen la etiqueta “Eu Reciclo”, el estudio también muestra que las certificaciones sostenibles ya figuran entre los cuatro factores más importantes en la decisión de compra, superando incluso la recomendación de amigos. Ya 86% de los encuestados consideran fundamental que los productos tengan reconocimiento medioambiental.
Este comportamiento refleja un consumidor cada vez más comprometido y atento a las prácticas sostenibles de las empresas. En este escenario, las empresas que combinan eficiencia, finalidad y responsabilidad ambiental obtienen ventaja sobre la competencia. Es el caso de KoalaCar, una microfranquicia de vehículos de tintorería, de bajo coste, rápido retorno y conciencia medioambiental. En un lavado convencional se consumen más de 300 litros de agua, pero con los productos de la empresa esta cifra es cero.
“Además del menor consumo de agua, también utilizamos productos biodegradables, técnicas de limpieza en seco y trabajamos con servicios de entrega, lo que reduce las emisiones con desplazamientos innecesarios”, afirma Marco Lisboa, director general y fundador de KoalaCar.
Desde 2019 con la marca, el CEO de KoalaCar ha enumerado otros tres puntos y ventajas para invertir en negocios sostenibles:
Apreciación de la marca
Adoptar un enfoque sostenible no significa necesariamente altas inversiones. Las pequeñas empresas pueden empezar con medidas simples como la reducción de residuos, el ahorro de agua, la reutilización de materiales, el uso racional de la energía y productos menos agresivos para el medio ambiente.
Público más consciente
Consumidores de todo el mundo han llegado a valorar marcas con un propósito claro, que tienen responsabilidad ambiental y social. Las empresas que comunican bien estas acciones logran un mayor compromiso en las redes sociales, más indicación de boca en boca y fidelización de los clientes, incluso en segmentos altamente competitivos.
Camino sin retorno
Dado que la presión para los objetivos ESG también llega a las grandes redes, las pequeñas empresas que ya se han adaptado salen adelante cuando las empresas más grandes las consideran proveedores o socios ideales, que buscan alinear toda la cadena de valor con la agenda sostenible.
“Implantar ESG es asumir el compromiso de ser una empresa relevante, ética y sustentable, capaz de generar valor para todos los públicos con los que se relaciona y contribuir a la construcción de un futuro mejor. Pensando en el futuro de la franquicia, también lanzamos el modelo con la bicicleta y moto eléctrica y la aspiradora de batería para los desinfectantes. Nuestros tejidos de limpieza ecológica ya soportan hasta 500 lavados con jabón neutro de coco y el mínimo de agua en limpieza, porque el objetivo de KoalaCar es tener una conciencia ambiental para un tiempo mejor y más claro, generando cada vez menos residuos, explica el CEO de la marca.

