Estamos al comienzo de un nuevo año, momento en el que tradicionalmente nos fijamos metas y objetivos que guiarán el rumbo de la empresa a lo largo del año. Sin embargo, quienes piensan que basta con proponer la primera "gran idea" que se les ocurra se equivocan. Al contrario, para hacerlo correctamente, es necesario evaluar la trayectoria de la empresa, comenzando por el informe financiero de 2024.
Sé que esto puede parecer un poco obvio, pero muchas empresas aún no lo hacen. Algunos gerentes creen que deben hacer borrón y cuenta nueva una vez que termina el receso y comienza el verdadero trabajo. Bueno, en mi experiencia, a menos que seas una organización nueva, no tiene sentido fingir que no pasó nada antes.
Quizás te preguntes: ¿por qué? La respuesta es simple: empezar desde cero, ignorando cualquier trabajo previo, arruina cualquier posibilidad de que tu negocio prospere. Después de todo, incluso si abandonas tu negocio actual y empiezas otro, cambias de área o quieres hacer el mismo trabajo de forma diferente, necesitas comprender el pasado para acertar con el presente y asegurar un futuro mejor.
En este sentido, sería recomendable contar con un documento con los datos del balance del año anterior para comprender la situación actual de la empresa, identificar sus éxitos y fracasos, y saber dónde está funcionando bien y dónde necesita mejorar. Sin esto, es difícil saber hacia dónde ir. Y como diría el Gato de Cheshire del cuento clásico... Alicia en el País de las MaravillasSi no sabes a dónde ir, cualquier camino servirá.
Sin embargo, tenga en cuenta que cualquier camino no es una buena opción cuando queremos expandir nuestro negocio, especialmente con empleados que dependen de nosotros y de sus trabajos. Por lo tanto, usar OKR (Objetivos y Resultados Clave) puede ser una excelente solución para definir el mejor camino en este momento, tanto para el año como, especialmente, para los próximos tres meses.
Sí, tres meses es el plazo ideal. Al fin y al cabo, un año hoy en día parece una década, y los OKR nos ayudan a trabajar mejor con ciclos más cortos. De esta manera, puedes corregir lo que salió mal, si es necesario, y empezar a trabajar para obtener resultados. Y una vez que hayas establecido metas y objetivos (a corto, mediano y largo plazo) para lograr los resultados esperados, será más fácil determinar qué camino tomar.
Y recuerda: está bien admitir que el camino que elegiste no fue el mejor o no fue lo que esperabas. Estas cosas pueden pasar y son más comunes de lo que crees. Siempre puedes recalcular tu ruta y tomar una nueva dirección. Podemos cometer errores, pero solo si son nuevos.