La inteligencia artificial ha dado grandes saltos al servicio al cliente. La automatización agiliza los procesos, pero también plantea el desafío de cómo mantener el toque humano en las interacciones, especialmente en el servicio al cliente. Ana Abreu, directora de operaciones y cofundadora de WeClever, pionera en inteligencia conversacional y auditoría automatizada, muestra cómo la IA ha podido añadir una capa de empatía, fortaleciendo las relaciones y la lealtad en un mundo cada vez más conectado.
“La empatía no es exclusividad humana. Cuando se aplica bien, la inteligencia artificial puede contribuir a relaciones más estrechas, personalizadas y respetuosas con los clientes. El secreto es el uso ético e inteligente de la tecnología, siempre guiado por la” escucha, afirma Ana.
Personalización basada en datos
En el mundo digital, la recopilación y el análisis de datos se han vuelto esenciales para ofrecer experiencias más relevantes. Según un informe de McKinsey, las empresas que personalizan la experiencia del cliente tienen 40% más probabilidades de aumentar sus ingresos que aquellas que no lo hacen.
Esto significa que un chatbot simple puede y debe ir más allá de las respuestas estandarizadas. Puede utilizar expresiones regionales, adaptar el lenguaje según el perfil del consumidor o incluso sugerir productos y servicios basados en el historial de interacciones. “Cuando el cliente se da cuenta de que fue escuchado de verdad, incluso en un entorno digital, se siente valorado. Esto es empatía en acción”, comenta Ana.
Automatización con lenguaje humanizado y personalizado
Personalizar las interacciones va mucho más allá de insertar el nombre del cliente en un mensaje. Significa comprender sus necesidades reales, responder con empatía y ofrecer soluciones apropiadas para el contexto.
“La automatización no tiene por qué ser sinónimo de frialdad. Al contrario: cuando está bien configurada, la IA puede ofrecer un servicio ágil y acogedor que respete el tiempo y las emociones de quienes están al otro lado de la pantalla”, explica Ana.
Recopilar comentarios también es una buena práctica para crear empatía digital. Esto no solo mejora continuamente los flujos de conversación, sino que demuestra que la empresa valora la opinión de los clientes y está comprometida con la evolución constante del servicio brindado.
Identificar emociones en tiempo real
Según un estudio de Capgemini, 62% de los consumidores dicen que tienen una percepción más positiva de las marcas cuando sus interacciones con la IA demuestran empatía.
Soluciones más avanzadas ya son capaces de analizar el tono de la conversación, reconocer frustraciones o dudas y ajustar la respuesta automáticamente para ofrecer recepción y solucionar el problema de forma más asertiva.
“Combinamos tecnología y escucha activa para crear más interacciones humanas, incluso cuando no hay respuesta humana”, dice Ana.“No se trata de reemplazar a las personas, sino de ampliar la capacidad de servir con inteligencia y sensibilidad”
Futuro de las conexiones humanas
Además de dar forma al futuro de los negocios, la automatización impulsada por la empatía contribuye a relaciones más respetuosas y eficientes. Al integrar la IA con un enfoque centrado en el cliente, las empresas construyen conexiones duraderas y sostenibles. “La empatía digital es más que una tendencia, es una necesidad. El cliente quiere ser escuchado, comprendido y bien servido. Y la tecnología puede y debe ayudar en esto”, concluye Ana.