La gestión de personas todavía enfrenta desafíos en la evaluación del desempeño y la promoción del desarrollo, siendo el compromiso de los empleados un factor central para la productividad y la retención de talento en las organizaciones. Según la encuesta Engaja S/A, realizada por Flash en asociación con FGV y Talenses Group, en 2024, 44% de trabajadores en el país están comprometidos y 56% desconectados o activamente desconectados. Además, un estudio de Harvard Business Review encontró que 72% de empleados creen que su desempeño mejoraría si recibieran más comentarios de sus gerentes.
A Pablo Funchal, Director General de Educación Corporativa Fluxus, especializado en desarrollo de liderazgo, la gestión basada exclusivamente en métricas digitales, sin contrapartida del diálogo, puede generar inseguridad, desgaste emocional y riesgos reputacionales. “La retroalimentación O no es un instrumento de venganza, sino de crecimiento. Cuando se ofrece de manera estructurada y constante, contribuye a la confianza, seguridad y satisfacción de las personas, reflejándose directamente en el” desempeño, afirma.
Todavía de acuerdo con pablo, adoptar una cultura de retroalimentación consistente también significa crear un ambiente de aprendizaje continuo donde los errores son oportunidades de evolución y los logros se reconocen claramente. El experto señala que, si bien el seguimiento de los datos es relevante, no reemplaza la interacción directa entre líderes y equipos. “Un despido sin retroalimentación previa representa un incumplimiento psicológico del contrato y puede afectar la confianza de todo el equipo”, añade.