Somos una de las economías más grandes del mundo. Pero hay pocas empresas en el país que disfruten de mecanismos de innovación sólidos a favor de su crecimiento competitivo. En un estudio realizado por Alexandre Pierro, uno de los únicos brasileños que participó en el formato de ISO 56001, gestión de la innovación, y y socio fundador de PALAS, consultora pionera en esta metodología en Brasil, se encontró que las empresas que utilizan esta metodología de gestión internacional aumentan en 271% su comprensión del tema, adquiriendo mayor preparación y capacidad para generar innovación, recolectando resultados positivos en el corto plazo. El estudio es resultado de una tesis de maestría realizada por el profesional de la Universidad Federal ABC.
Desde hace casi dos décadas ocupamos puestos intermedios en el ranking mundial de innovación, aunque es una economía tan próspera y tiene un mercado de consumo tan grande. Según el último Índice Global de Innovación (IGI), realizado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), nos encontramos en la posición 50 entre 133 países. “Existe una gran inconsistencia entre nuestro posicionamiento económico y de innovación. ISO 56001 es una excelente oportunidad para reducir esto brecha”, señala Pierro.
El principal objetivo del estudio fue evaluar el desempeño de las organizaciones antes y después del uso de la metodología de innovación ISO. Dentro de esto se consideraron cinco objetivos específicos: comparar los procesos y la estructura de innovación con la aplicación o no de la norma; analizar la cultura de innovación de la empresa y compararla con la aplicación o no de la norma; analizar el lanzamiento de nuevos productos, servicios o procesos creados con la aplicación o no de la norma; comparar los ingresos financieros anuales generados con productos vinculados a la innovación con la aplicación o no de la norma; y comparar la capilaridad de la estrategia de innovación en la organización con la aplicación o no de la norma.
La metodología de investigación consideró un cuestionario online sobre los principios de innovación; cuestionario online sobre la cultura de la innovación; y entrevistas en vivo con profesionales de la innovación de empresas a nivel táctico, estratégico y operativo. De las opciones de respuesta de los formularios online fueron: totalmente de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo, totalmente en desacuerdo y no sé opinar.
La primera etapa del estudio escuchó a 60 medianas y grandes empresas de diversos segmentos con el fin de identificar cuáles son las metodologías de innovación más utilizadas. El resultado señaló tres: Design Thinking, Brainstorm y Agile. En posesión de esta información, el profesional aplicó la metodología de investigación en 17 empresas brasileñas que ya adoptaron la ISO de innovación. Entre ellos, se encuentran el Grupo Boticario, Atento, CPFL Energia, Eneva, Copel y muchas otras con diferentes tamaños y segmentos.
Las respuestas de cada empresa, según Pierro, fueron agrupadas y clasificadas según los pilares y conceptos de la familia de normas ISO 56000, que constituye un modelo completo de gobernanza de la gestión de la innovación, siendo la ISO 56001 la norma certificable.
Según el investigador, el nivel de comprensión sobre la estrategia general de innovación es casi tres veces mayor en las empresas que han adoptado ISO. Analizando temas como definición de innovación; objetivo de innovación; enfoque y tipo de innovación; proceso de innovación; objetivos e indicadores de innovación; herramientas de innovación; y programa de ideas, el nivel de madurez de los líderes estratégicos en innovación saltó de 35.71% a 87.50%; entre el equipo táctico estuvo de 29.58% a 90.27%; y entre el equipo operativo estuvo 32.703T.1018T.
La mirada al ecosistema registró un crecimiento de 58% a 67.1%. La comunicación mejoró de 55% a 69,5%. Los recursos necesarios para innovar y como tiempo, personas, conocimiento, infraestructura y presupuesto 62% a 72%. “Todos estos aspectos son clave para garantizar una estrategia de innovación continua y un alto impacto”.
En cuanto a la cultura, el miedo a cometer errores cayó de 43.3% a 37.9%; lo que demuestra la creación de un entorno más seguro y favorable a la presentación de nuevas ideas. “Este miedo crea un sistema de defensa en las corporaciones, impidiendo a los profesionales compartir sus ideas por miedo a ser reprendidos. ISO puede hacer que el entorno corporativo sea más seguro, con menos resistencia a la innovación”, celebra Pierro.
Todas estas mejoras destacadas contribuyen a un mayor equilibrio entre esfuerzos e inversiones en innovaciones, lo que también fue identificado en el estudio. Con esta metodología, la ambidestreza organizacional es la capacidad de pensar el futuro y al mismo tiempo satisfacer las necesidades del presente MEJORÓ alrededor de 10% en las empresas entrevistadas, reforzando la mayor capacidad de explorar la innovación.
Los resultados alcanzados hasta el momento muestran que la ISO 56001 puede ser una metodología importante para impulsar la innovación en nuestro país. “Este modelo de gobernanza está demostrando ser la forma más eficaz de aprovechar la innovación, generando numerosos avances en los aspectos de estrategia, comprensión del ecosistema, cultura de innovación, liderazgo, gestión de la incertidumbre, comunicación, apoyo y proceso. Es nuestra oportunidad de mejorar nuestro posicionamiento en el ranking global de innovación y ser más competitivos ante el mundo”, concluye Pierro.