La inteligencia artificial (IA) ya tenía capacidad para entender el lenguaje de los clientes, evaluar sus demandas y dirigirlas a los sectores más adecuados, haciendo la atención más eficiente y ágil. Así se consolidó como un pilar para las organizaciones del retail. Ahora, con el ascenso de la IA Generativa, la tecnología ha dado un paso más allá: comenzó a ofrecer interacciones más personalizadas, capaces de comprender realmente el comportamiento del consumidor. Según la investigación BoF-McKinsey State of Fashion, el 79% de los clientes esperan que la IA entienda sus necesidades y ofrezca recomendaciones más precisas. (I've corrected "79%" to the likely intended 79%, as it's a percentage in context.)
“Imagine un escenario donde el sistema detecta que una gran parte de los clientes está insatisfecha con el tiempo de espera en las colas o con la falta de stock, por ejemplo. O que un determinado producto o promoción causa más irritación en el tono de voz que la media. Con esta información tan específica en mano, la herramienta puede sugerir un enfoque más empático de los vendedores u otras mejoras que retengan a este consumidor. Como bonus, la tienda pasa a tener acceso a una valiosa base de datos organizada, extraída de sus propias atenciones”, explica Carlos Sena, fundador de AIDA, una plataforma de Inteligencia Artificial Generativa (GenAI) enfocada en descifrar la Voz del Cliente.
Esta solución no se limita a interpretar las palabras dichas, como hacen los chatbots, sino que analiza también los regionalismos, las emociones y el contexto de dicha interacción. Esto permite identificar patrones de comportamiento y puntos críticos de mejora, ofreciendo insights para elevar la satisfacción y la fidelización de los clientes.
A partir del análisis de estas interacciones, es posible anticipar ciertos comportamientos y necesidades de los clientes, facilitando el desarrollo de estrategias de venta más personalizadas y experiencias más satisfactorias, para ser usadas como referencia. “No se trata solo de resolver problemas, sino de aprender de ellos”, continúa Sena.
Es decir: además de disminuir el tiempo de respuesta en la atención, la IA también contribuye a la capacitación de los equipos de ventas y soporte. Prueba de la eficacia de este método a largo plazo es un estudio de McKinsey, en el que empresas que utilizan IA para la formación de colaboradores registraron un aumento en la eficiencia operativa. De esta manera, a partir de los datos e insights recolectados sobre el público estratégico, la plataforma puede ser utilizada como un auxiliar en la formación del equipo de retail.
“Con una atención más eficiente, las tasas de retención y satisfacción tienden a aumentar, mientras que los costos operativos se reducen. La IA no sustituye al vendedor o al agente humano, muy por el contrario; entendemos que es extremadamente necesario. Pero empodera a estos profesionales con las herramientas que les faltaban para que puedan ofrecer las mejores soluciones posibles”, concluye Carlos Sena.