La tecnología de libre flujo, o libre flujo, recientemente autorizada en el territorio nacional por la Ley 14.157/2021, está revolucionando el transporte por carretera de carga y flotas en Brasil. Aunque aquí es una novedad, el libre flujo ya es muy utilizado en otros países como China, Estados Unidos, Portugal y nuestro vecino Chile.
El flujo libre es un sistema de peaje sin puertas, que permite identificar y cargar los vehículos a través de pórticos instalados a lo largo de las carreteras. Estos pórticos leen el tablero o chip instalado en los vehículos a través de etiquetas. En la práctica, el conductor no necesita detenerse ni reducir la velocidad al pasar el peaje, lo que supone un ahorro y aporta varios beneficios.
El pago se puede realizar de forma automática, a través de la etiqueta instalada en el parabrisas del vehículo, que comunica con los pórticos situados en la ruta. En este caso, el conductor recibe el peaje en la propia factura de la etiqueta. Ya el usuario que no dispone de la tecnología, deberá realizar el pago manualmente, a través de la aplicación o página web del concesionario de carreteras.
Además de la facilidad de uso y conveniencia de pago en la factura, el uso de la etiqueta como medio de pago de libre flujo tiene ventajas exclusivas, como el descuento de 5% sobre el importe del peaje practicado, el Descuento de Tarifa Básica (DBT), destinado exclusivamente a usuarios de la solución de pago automático.
El proyecto, que inició su implementación en Brasil en enero de 2023, se va instituyendo paulatinamente, iniciándose su primera instalación en el estado de Sao Paulo el pasado miércoles (04.09). Implantado en el municipio de Itapolis, el pórtico se ubica en el km 179 de la Carretera SP-333. Según EcoNoreste, concesionario responsable de la carretera, el valor de cobro sigue siendo el mismo que el peaje anterior, R$ 8,90. Mientras que los usuarios de la etiqueta pagan R$ 8,45 8,453 con el descuento del TTP3.
Además de Sao Paulo, todavía quedan cuatro marcos de libre flujo equipados con cámaras y sensores láser, uno en Río de Janeiro (Rio-Santos) y tres en Rio Grande do Sul (ERS-122, ERS-240 y ERS-446), un hito importante de esta transformación. Según Abepam (Asociación Brasileña de Empresas de Pago Automático para la Movilidad), ya existen pórticos instalados o en proceso de instalación en 27 carreteras federales y 58 estatales.
La principal promesa del libre flujo es promover una tarifa más justa, ya que los pórticos se desplegarán en más puntos, lo que dará lugar a la recaudación de tarifas proporcionales a la ruta recorrida. Para los conductores, supone un importante alivio. El fin de las colas en los peajes supone una ganancia de productividad y reduce el estrés, con una mayor fluidez en el tráfico, lo que también contribuye a reducir el consumo de combustible (lo que impacta directamente en el bolsillo del conductor y también ayuda al medio ambiente.
Para los transportistas, responsables del envío de mercancías, el libre flujo contribuye a una mejor previsibilidad del tiempo de tránsito, lo que facilita la planificación logística. La reducción de retrasos y una mayor eficiencia en el transporte dan como resultado una cadena de suministro más confiable y ágil, brindando una respuesta más rápida de las empresas a demandas del mercado.
En la práctica, la comparación entre las cabinas de peaje tradicionales y el sistema de libre flujo es reveladora. Un camión puede reducir los costes de combustible hasta $ 5 por plaza de peaje, simplemente sin tener que reducir la velocidad, detenerse y volver a acelerar. Este ahorro, que asciende a unos 800 mililitros de diésel por peaje, representa una reducción considerable de los costes operativos. Además, con frenadas menos frecuentes se produce una disminución de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, beneficiando al medio ambiente.
A medida que el sistema se expande por todo Brasil, sus beneficios se vuelven cada vez más evidentes, consolidándose como un actor clave en la modernización del transporte por carretera. Ahora corresponde a las empresas y directivos adoptar esta innovación, optimizando sus operaciones y contribuyendo a un tráfico más fluido y menos contaminante, y hacer más eficiente y sostenible el sector logístico.