Con el inicio de un nuevo año, también crecen las expectativas para varios sectores de la economía, especialmente el de supermercados, que se enfrenta al análisis de escenarios de mercado en todas las esferas que involucran al segmento.
Desde una perspectiva legal, no es diferente, ya que el comercio minorista de supermercados necesitará navegar en un entorno cambiante, en el que la innovación tecnológica y la sostenibilidad estarán en el centro de los cambios regulatorios, la preparación estratégica será clave para transformar los desafíos en oportunidades.
Reforma fiscal
La Reforma Tributaria está prevista para avanzar en 2025, con el objetivo de unificar los impuestos, como ICMS, ISS, PIS y Cofins en un modelo de IVA dual. Para la abogada y especialista en comercio minorista, Daniela Correa, el sector de supermercados tendrá un impacto positivo: "la simplificación de las obligaciones accesorias traerá una mayor previsibilidad tributaria. Sin embargo, la transición a este nuevo régimen representa un desafío operativo", explica Daniela.
Las empresas del comercio minorista de supermercados deberán invertir en sistemas de gestión tributaria para garantizar el cumplimiento de las obligaciones accesorias y evitar pasivos fiscales. "Esto hará que haya una mayor previsibilidad financiera, facilitando la planificación a largo plazo", dice la abogada.
Tributación de las transacciones digitales
El aumento de las ventas en línea en el sector supermercadista requiere mayor atención en relación con la tributación de las transacciones digitales. Según Daniela, la fiscalización del ICMS sobre el comercio electrónico debe intensificarse y con la reforma y la consecuente unificación de los tributos – "para ello, la planificación tributaria será esencial", destaca.
Daniela explica además que, para afrontar este desafío, los supermercados necesitarán adoptar sistemas de cumplimiento digital y de emisión automatizada de facturas, incluso para lidiar con la armonización de la legislación estatal que puede generar una mayor complejidad tributaria.
Impuestos al consumo e impacto social
Respecto a la tributación al consumo, Daniela advierte: “la posible exención de impuestos a productos esenciales puede estimular el consumo y aliviar la carga fiscal sobre los alimentos básicos. Para los minoristas, el impacto es estar preparados para ajustes rápidos en los precios y el control de márgenes. La reducción de impuestos puede mejorar la percepción que los consumidores tienen del sector, por lo que supone una oportunidad para el comercio minorista de supermercados”.
Sostenibilidad e impuestos verdes
"Esta es una tendencia real y mundial", advierte Daniela. Con la creciente presión por prácticas empresariales sostenibles, la tributación verde gana espacio. Nuevos incentivos fiscales pueden beneficiar a las empresas que adopten prácticas de ESG (ambiental, social y de gobernanza), como la reducción de desperdicios y el uso de energía renovable, añade la especialista.
“Se puede incentivar a los minoristas de supermercados a invertir en infraestructura ecoeficiente y, con la presión mundial por medidas sostenibles, existirá la posibilidad de sanciones o impuestos adicionales para las empresas que no cumplan los objetivos de sostenibilidad”, concluye.
Relaciones laborales y nuevas formas de contratación
Con el avance de las tecnologías y los cambios en el comportamiento del consumidor, como el crecimiento del delivery, por ejemplo, el sector necesitará adaptar sus relaciones laborales.
Contratación más flexible, especialmente en plataformaseconomía gig, se pueden regular y será necesario revisar los contratos y adaptarse a los estándares laborales emergentes.
Reglamento de Protección de Datos (LGPD)
Con el fortalecimiento de la supervisión por parte de la ANPD (Autoridad Nacional de Protección de Datos), el cumplimiento de la LGPD (Ley General de Protección de Datos) será aún más crítico. Supermercados que operan con grandes volúmenes de datos sensibles deberán reforzar sus políticas de privacidad.
“Si esto no sucede, el impacto será enorme, considerando las sanciones financieras y reputacionales para las empresas que no cumplan con la legislación”, advierte Daniela.
Relaciones con los consumidores
Daniela aún explica que el sector supermercadista atraviesa transformaciones significativas en las relaciones de consumo, impulsadas por la tecnología y los cambios en los hábitos de los consumidores. Una de las principales innovaciones es la adopción del comercio electrónico, que permite compras en línea y entrega a domicilio o recogida en tienda. Esto no solo amplía la accesibilidad, sino que también ofrece experiencias personalizadas a través de recomendaciones basadas en compras anteriores.
Otra innovación es la implementación de tecnologías móviles, como aplicaciones de fidelidad y pagos digitales, que facilitan la interacción entre consumidores y supermercados. Además, la inteligencia artificial se utiliza para optimizar inventarios, prever la demanda y mejorar la cadena de suministro. Estas innovaciones mejoran la eficiencia, reducen costos y ofrecen una experiencia de compra más conveniente y personalizada, explica Daniela.
La sostenibilidad también es un enfoque creciente, con supermercados adoptando prácticas ecológicas, como envases biodegradables, reducción de residuos y promoción de productos orgánicos. Además, la transparencia nutricional y la oferta de opciones saludables son cada vez más valoradas. Estas innovaciones no solo mejoran la experiencia del consumidor, sino que también contribuyen a un futuro más sostenible.
Por ello, la inversión en compliance en las relaciones de consumo, combinada con sistemas que garanticen la seguridad en las relaciones de consumo, es esencial para que el segmento acompañe los cambios de comportamiento de su público consumidor y las tendencias del sector.
Para 2025, Daniela proyecta algunas expectativas: “el año 2025 promete transformaciones significativas para el retail supermercadista, con impacto directo en las áreas legales involucradas. Las empresas del sector deben invertir en compliance, tecnología y adaptación a los nuevos modelos regulatorios para seguir siendo competitivas en un mercado en constante evolución”, concluye.