El mercado global de capital de riesgo – inversiones en empresas en etapa inicial, de pequeño o mediano tamaño, generalmente startups – experimenta un momento de expansión en el mundo. Y Brasil se destaca, liderando este mercado en América Latina. Detrás de los millones de dólares, euros o reales involucrados en las rondas de captación, son historias de impacto socioeconómico generado por tales inversiones.
A los números, para tener una dimensión del escenario. De acuerdo con el Venture Pulse 2024, levantamiento de la organización KPMG, en el segundo trimestre de este año, el mercado global de capital de riesgo sumó US$ 94,3 mil millones en inversiones, con mayor aumento en relación a los cinco trimestres anteriores. En Brasil, el monto llegó a US$ 816,8 millones, el mayor desde el primer trimestre de 2022.
Según el estudio, startups enfocadas en inteligencia artificial, la defensa y la seguridad cibernética lideran la recepción de aportes. Pero datos de otras fuentes muestran que más segmentos también se destacan – en especial aquellos que tienen impacto social. El Fondo Govtech, gestionado por KPTL y Cedro Capital, es uno de los que se ha destacado
El fondo está dirigido a startups con potencial para transformar la prestación de servicios públicos ofrecidos por el gobierno. Los recursos se aportan en emprendimientos que ofrecen tecnología para áreas como la salud (gestión de recursos hospitalarios, telemedicina, educación (procesos educativos, acceso a la educación de calidad) y seguridad pública (herramientas de monitoreo y análisis de datos), entre otras.
“El Fondo Govtech fue creado con una misión clara: invertir en empresas de tecnología que desarrollan soluciones para resolver problemas de naturaleza pública, enfrentando cuellos de botella de infraestructura y la burocracia. En un país como Brasil, donde millones de ciudadanos enfrentan dificultades diarias para acceder a servicios básicos, el papel de estas startups va más allá del retorno financiero. Ellas representan una esperanza para que la administración pública se vuelva más ágil, eficiente y transparente, discurren las gestoras KPTL y Cedro Capital.
Los relatos de emprendedores beneficiados evidencian el impacto social. Uno de los socios y fundadores de Colab, Gustavo Maia, explica que la actuación del Fondo Govtech hizo que la empresa mejorara su visión estratégica, “nos ayudando a refinar nuestras soluciones y a entender mejor las necesidades del sector público”.
Colab es la startup responsable de la creación de la versión digital del presupuesto participativo, hoy en uso por el gobierno de Piauí y por varios municipios en Brasil. “Con el apoyo del fondo”, dice el emprendedor, conseguimos expandir nuestra actuación en más ciudades, y eso representa una gran victoria para el ciudadano que puede participar de forma más activa y colaborativa en la gestión pública.
A Prosas, una plataforma de monitoreo y selección de iniciativas de fomento a acciones sociales, como ediciones de incentivo a la cultura, es otra startup beneficiada con el fondo de capital de riesgo Govtech. El cofundador de la empresa, Thiago Alvim, define como "decisivos" los aportes recibidos para el perfeccionamiento de herramientas de gestión de convocatorias y asociaciones para el tercer sector.
Más que la inversión, el fondo nos brindó un acceso privilegiado a redes y conocimientos sobre el sector público, acelerando la transformación social que anhelamos, declara.
Casos como esses indican la convergencia del mercado de capital de riesgo con dos grandes movimientos importantes: el ESG (ambiental, social y gobernanza) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esto se debe a que se trata de aportes concedidos condicionados a políticas de promoción de criterios socioambientales y de gobernanza, directamente alineados a uno o más ODS, que van de la erradicación de la pobreza a la acción global contra el cambio climático.
Para los gestores del Fondo Govtech, estos aspectos deben ser tan o más considerados que las cifras invertidas y aquellas de retorno calculado. “El capital de riesgo puede”, sí, generar un impacto positivo en la vida de las personas, promoviendo no solo el crecimiento financiero, sino también una revolución en la forma en que los servicios públicos atienden al ciudadano. En última instancia, esta es una de las maneras más duraderas de medir el verdadero valor del capital de riesgo en el país: no solo en cifras, pero en transformaciones concretas para el bienestar social y el desarrollo sostenible de Brasil, subrayen