el términorenuncia por venganza(traducido como “despido por venganza”) ha ganado protagonismo en el mercado laboral para describir un fenómeno cada vez más común: cuando los profesionales renuncian impulsivamente, impulsados por la frustración o el resentimiento acumulado en el entorno corporativo.
Según Virgilio Marques dos Santos, especialista en desarrollo profesional y socio fundador de FM2S Educação e Consultoria (startup del Parque Científico y Tecnológico de la Unicamp), este tipo de decisión generalmente no está motivada por la búsqueda de nuevas oportunidades, sino por el deseo de protestar o “dar una lección” a la empresa.
“Si bien puede sentirse liberador en este momento, elrenuncia por venganza“Muchas veces se trata de una reacción emocional y no estratégica, que genera consecuencias importantes para la carrera y la estabilidad financiera del profesional”, analiza.
El agotamiento en el trabajo ha sido señalado como una de las causas más comunes de este comportamiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el burnout ya es reconocido como un fenómeno ocupacional, lo que hace que muchos profesionales sientan que la salida abrupta es la única solución para su desgaste. Esa actitud impulsiva, muchas veces vinculada a una desconexión con los valores de la empresa o incluso a una idealización de 'grandes despidos', perjudica la carrera de forma irreversible", explica el especialista.
É enfatizado que o problema não é a frustração em si, que é legítima, sino la forma en que se gestiona. "Entre el estímulo y la respuesta, hay un espacio. En ese espacio, está el poder de elegir la respuesta", cita él, refiriéndose al pensamiento de Viktor Frankl. ELrenuncia por venganzaIgnora este espacio y da como resultado decisiones apresuradas que no contribuyen al crecimiento profesional.
Aunque abandonar el empleo pueda ser una decisión necesaria en algunos casos, el especialista advierte sobre la importancia de una salida planificada. Las rupturas abruptas comprometen el futuro financiero y profesional, especialmente en tiempos de incertidumbre económica, afirma. É destacado que a forma como se sai de um empleo impacta las relaciones en el mercado laboral.
Antes de tomar decisiones definitivas, los profesionales necesitan reflexionar sobre lo que realmente está causando la incomodidad. Muchas veces, la raíz del problema no está en el trabajo en sí, sino en situaciones puntuales que posiblemente se resolverían con diálogo. Así, buscar una conversación abierta con liderazgos o colegas lleva a soluciones inesperadas, además de demostrar madurez y compromiso. Cuando la salida es inevitable, la planificación es esencial. Garantizar una transición segura, con otra oportunidad ya alineada o una reserva financiera, ayuda a evitar arrepentimientos.
Además, los momentos de insatisfacción también se revelan como oportunidades valiosas para el autodesarrollo. "Es el momento ideal para buscar nuevos aprendizajes, cursos o mentorías, ampliando los horizontes para mejores oportunidades en el futuro. Salir de lo que ya no nos sirve es importante, pero el enfoque debe estar en el futuro que queremos construir, y no en venganzas", reflexiona.
Finalmente, cita a Daniel Goleman, autor de “Inteligencia emocional”.“, para reforzar la importancia de gestionar las emociones. Transformar frustraciones en palancas de crecimiento y abandonar lo que ya no tiene sentido son actitudes maduras y estratégicas, capaces de abrir nuevos caminos en la carrera. 2025 puede ser el año en que transformes adversidades en oportunidades, con enfoque e inteligencia emocional para construir un futuro más prometedor, concluye.