¿Alguna vez has pensado cuánto dinero puede estar perdiendo tu empresa debido a una mala gestión de inventario? En épocas de alta demanda, la desorganización puede costar caro. Según la Encuesta Abrappe de Pérdidas en el Comercio Minorista Brasileño 2024, el índice promedio de pérdidas en almacenamiento en el comercio minorista aumentó un 6% en comparación con el año anterior, una pérdida estimada en R$ 34,9 mil millones para el sector, lo que equivale hasta al 10% de la facturación.
Estas pérdidas no son solo financieras. Afectan la operación en su conjunto: retrasos en la reposición, ventas perdidas por falta de productos y exceso de artículos parados comprometen la salud del negocio. Y todavía hay quienes intentan resolver todo en papel o en hojas de cálculo, lo que solo aumenta el riesgo de error y el desperdicio de tiempo", comenta Zoltan Schwab, director ejecutivo de vhsys, empresa de tecnología especializada en soluciones de gestión empresarial en línea.
Y el impacto no se limita solo a las empresas, el consumidor también siente los efectos de una mala gestión de inventario. La indisponibilidad de productos, los retrasos en las entregas e incluso la falta de variedad en los estantes afectan directamente la experiencia de compra. Cuando el cliente no encuentra lo que busca o enfrenta lentitud en la atención, la frustración puede llevarlo a buscar alternativas en la competencia y, muchas veces, no volver más.
La buena noticia es que este escenario puede ser transformado con la adopción de la tecnología adecuada. Un sistema de gestión eficiente, diseñado para la realidad de las pymes, permite automatizar el control de inventario, centralizar la información y facilitar el acceso a datos en tiempo real. Además, herramientas integradas, como un software de gestión, ayudan a evitar rupturas, prever necesidades de reposición y optimizar la rotación de productos, especialmente en períodos de alta demanda.
Para el especialista, la adopción de la tecnología en la gestión de inventarios no es solo una tendencia, sino una necesidad urgente. Cuanto antes las empresas migren a sistemas digitales, mayores serán las posibilidades de lograr resultados consistentes con menos esfuerzo. En un escenario en el que el tiempo es uno de los recursos más escasos y valiosos, desperdiciarlo en procesos que podrían ser automatizados ya no es una opción viable, concluye Zoltan.