La era de los chatbots programados para repetir frases preescritas está dando paso a una nueva generación de inteligencias artificiales capaces de pensar, actuar y decidir por sí mismas. Se trata de agentes de IA: sistemas que ya están empezando a redefinir lo que entendemos por automatización y atención al cliente inteligente.
El avance es tan rápido como impresionante. Según la consultora Markets & Markets, se prevé que el mercado global de agentes de inteligencia artificial crezca de 7.840 millones de dólares en 2025 a 52.620 millones de dólares en 2030, lo que representa una tasa de crecimiento anual promedio del 46,3 %. Otra encuesta, realizada por Precedence Research, proyecta que el sector alcanzará aproximadamente 103.000 millones de dólares en 2034, impulsado por la expansión de sistemas autónomos capaces de tomar decisiones y ejecutar tareas de forma independiente en operaciones comerciales complejas.
Pero ¿qué se esconde tras esta curva de expansión casi vertical? Un nuevo tipo de tecnología y una nueva visión. En Brasil, una de las empresas que ha destacado en esta transformación es Atomic Apps, una empresa del Grupo Atomic, especializada en software que une personas, procesos y resultados mediante lo que sus fundadores llaman "el poder atómico de la IA".
Fundada en 2019, Atomic Apps se dio a conocer por soluciones como Powerzap y Powerbot, pero es con el lanzamiento de Atomic AgentAI que la compañía está consolidando su liderazgo en el mercado global de la automatización conversacional. Esta herramienta es lo que muchos expertos consideran el siguiente paso en la evolución de los chatbots, un cambio tecnológico que sitúa a Brasil en el mapa de la innovación en inteligencia artificial aplicada a los negocios.
Djeison Mickael, CEO de Atomic Apps, explica: «La gran diferencia de Atomic AgentAI es que comprende a la perfección el contexto y actúa de forma autónoma. No depende de flujos ni guiones fijos. Es una tecnología que aprende de las interacciones, se adapta a cada cliente y genera valor real para el negocio, todo ello sin necesidad de intervención humana. Y lo mejor de todo: sin necesidad de un CRM para funcionar, también funciona de forma totalmente autónoma».
Según el ejecutivo: «El futuro de la atención al cliente no se trata de tener un robot que responda mensajes, sino de un agente que comprenda, converse y resuelva problemas. Ese es el punto de inflexión. Atomic AgentAI se creó para simplificar el uso de la IA en las empresas y demostrar que puede trabajar de forma independiente, inteligente y humana al mismo tiempo».
La diferencia no solo radica en la tecnología, sino también en su accesibilidad. Atomic AgentAI elimina la necesidad de programadores, integraciones complejas e incluso CRM; simplemente crea una cuenta, configura el tono de voz de tu marca y empieza a operar.
“Con esta tecnología, una empresa puede atender a entre diez y diez mil personas simultáneamente, con la misma calidad. Esto es revolucionario: reduce costos, aumenta los ingresos y mejora la experiencia del cliente, todo al mismo tiempo”, explica. Enfatiza: “Nuestro objetivo, como Atomic Apps, siempre ha sido hacer que la inteligencia artificial sea accesible y práctica. Ser reconocidos como Meta Tech Provider y operar con nuestra propia infraestructura refuerza nuestra visión de que vamos por buen camino: ofrecer rendimiento, estabilidad y seguridad a quienes desean crecer con IA”.
Este punto refuerza el posicionamiento de la marca en su infraestructura propia. Atomic Apps se convirtió recientemente en Proveedor Meta Tech en Brasil, estatus alcanzado tras el lanzamiento de su propia API oficial de WhatsApp.
Actualmente, la compañía tiene presencia en más de 50 países, con 2.000 clientes activos, y está ganando terreno tanto entre pequeñas empresas como entre grandes corporaciones que buscan eficiencia e innovación.
“Lo cierto es que la atención al cliente inteligente ya no es solo una promesa. Ya es una realidad. Y la estamos construyendo nosotros, empresas brasileñas, en portugués, con tecnología que realmente genera resultados”, concluye Djeison.
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