Hubo un momento en que la publicidad se hacía solo para vender. Hoy, esta área de la comunicación es una verdadera ciencia capaz de dialogar con los deseos y las necesidades más profundas de los clientes. En la era en que el consumo y la conciencia ambiental van de la mano, las campañas publicitarias se están alineando cada vez más con un pilar indispensable: el propósito. Es a través de la identificación con sus valores que las marcas han conquistado una nueva y duradera cuota del mercado.
Los números muestran que vale la pena dedicarse a establecer una identidad más allá de las ventas. Según un estudio de Nielsen, el 66% de los consumidores están dispuestos a pagar más por productos y servicios de empresas comprometidas con impactos sociales y ambientales. Este dato evidencia la creciente demanda por un marketing que abraza causas relevantes.
Ana Celina Bueno, socio y fundador de las agenciasAccesoe Develop Live y especialista en marketing con más de 20 años de experiencia, señala la necesidad de una comunicación que dialogue con temas importantes para el consumidor. "Las marcas necesitan entender que el cliente actual busca más que solo un producto. Quiere identificarse con los valores de la marca y ver un compromiso genuino con las causas que importan. Esto crea una conexión emocional y fortalece la lealtad del cliente", explica.
Intencionalidad en la publicidad
El propósito en las campañas publicitarias es más que un simple eslogan. Es una filosofía que orienta todas las acciones de la marca, desde la concepción del producto hasta la comunicación con el público. Las campañas que poseen esta definición clara logran destacarse en un mercado saturado, creando una ventaja competitiva.
Hasta hace poco, lemas como el clásico "compra, compra, compra" eran efectivos; actualmente, es necesario que el cliente alinee sus expectativas e identidad con las de la marca. En un mundo de comercio minorista en internet, las decisiones también son emocionales. La definición de "poder de compra" coloca al cliente cada vez más en una posición proactiva, de poner su dinero en manos de quien lo transformará en impactos positivos.
Voy mucho más allá de las frases hechas, el propósito se comunica de varias formas. “El diálogo con el cliente ocurre desde el embalaje del producto, pasando por la forma en que la empresa se comporta en las redes sociales hasta acciones que salen de lo virtual al mundo real, como la presencia en eventos de relevancia social y cultural”, ejemplifica Ana Celina.
Impacto a perder de vista
El propósito en la publicidad no es una tendencia pasajera. Los estudios muestran que las marcas con ideales bien definidos tienden a tener un mejor rendimiento a largo plazo. Ellas construyen una base de clientes más leal y logran adaptarse mejor a los cambios del mercado.
Así, queda evidente que poner el propósito en el centro de las campañas publicitarias no es meramente una elección ética, sino también una estrategia de negocio inteligente. Las marcas que adoptan esta filosofía están preparadas para enfrentar los desafíos del mercado moderno y construir una relación duradera y positiva con sus consumidores.
Ana Celina Bueno recuerda que una empresa que alinea sus objetivos sociales y ambientales con los de sus clientes es consciente de la necesidad de estar a la vanguardia de su tiempo. Invertir en campañas con propósito es invertir en el futuro de la marca. Es una estrategia que aporta retornos sostenibles y ayuda a construir un mundo mejor. Las marcas que entienden esto están a la vanguardia del mercado, y nunca es demasiado tarde para comenzar, concluye la especialista.