El Black Friday es uno de los eventos más esperados tanto para los consumidores como para los minoristas. Existe una gran expectativa por parte de los compradores, que se preparan para aprovechar grandes promociones, mientras que la industria y el comercio minorista realizan importantes inversiones en medios, descuentos agresivos y anticipación de ofertas. Sin embargo, incluso con todos estos esfuerzos, muchos minoristas pierden una gran oportunidad: convertir estas intensas transacciones a corto plazo en clientes leales y comprometidos a largo plazo.
Según el estudiar de MindMiners, 47% de brasileños ya planean gastar en el viernes más esperado de este año y 38% reservan una parte del presupuesto anual específicamente para esa fecha. La misma encuesta revela que 43% de consumidores, especialmente mujeres, participan regularmente en el post- evaluaciones de compra, lo que hace evidente cómo estas revisiones moldean las percepciones de marca y la confianza en los productos. Este intercambio de información crea una red orgánica de recomendaciones, esencial para el éxito de cualquier negocio. A pesar del entusiasmo, uno de los mayores desafíos para los minoristas es convertir esta intención de compra en una relación continua con el consumidor.
Transformar transacciones en lealtad
Los comerciantes ya hacen un gran esfuerzo para atraer consumidores durante el Black Friday, desde impactantes campañas publicitarias hasta descuentos imperdibles. Sin embargo, este esfuerzo a menudo se limita a aumentar el número de transacciones, con un enfoque exclusivo en el corto plazo. ¿cómo convertir este elevado gasto en algo más que un mero “comercial”?
Para el vicepresidente de Estrategia y Crecimiento de Coretava, Joao Paulo Amadio, la clave es utilizar estratégicamente su programa de relación o fidelización.“Imagínese si, en lugar de buscar una sola transacción durante el viernes de descuentos, los minoristas pudieran desbloquear ofertas aún más atractivas para ¿Los clientes ya inscritos en el programa? Por ejemplo, ofrecen refuerzos, como descuentos exclusivos o recompensas adicionales, a los miembros del programa de fidelización, fomentando no sólo la compra, sino también el compromiso continuo”, ejemplifican.
Además, la fecha ofrece una oportunidad única para el registro de nuevos miembros en el programa de relaciones. En lugar de un enfoque genérico, los especialistas en marketing pueden crear campañas con un propósito definido: registrar clientes que estén alineados con la propuesta del programa, enfocándose en mantenerlos por más tiempo.
Esta estrategia le permite no sólo recuperar las inversiones realizadas el Black Friday, sino también construir una relación con el cliente que vaya más allá de la transacción inicial. Esto puede incluir la creación de oportunidades para nuevas interacciones, tanto transaccionales como no transaccionales, que aumenten el valor para el cliente en el a largo plazo y ayudar a diluir los altos costos de las promociones y campañas de marketing”, dice Amadio.
¡Una experiencia personalizada marca la diferencia!
Según épsilonEs más probable que 80% de los consumidores compren en empresas que ofrecen experiencias personalizadas McKinsey confirma esta tendencia, señalando que alrededor del 78% de los consumidores tienen más probabilidades de realizar compras recurrentes de marcas que ofrecen contenido altamente personalizado.
En el panorama competitivo del Black Friday, la personalización marca la diferencia. Los clientes que reciben ofertas basadas en compras anteriores o que ven sugerencias alineadas con sus preferencias tienen más probabilidades de regresar. Los programas de fidelización modernos utilizan big data y aprendizaje automático para ofrecer un servicio personalizado y ágil, aumentando la satisfacción y construyendo un vínculo emocional con la marca.
El cliente de hoy no sólo busca el precio más bajo; quiere ser reconocido. Los minoristas deben invertir en plataformas que integren datos y permitan una interacción personalizada en todos los puntos de contacto, especialmente durante eventos de alta demanda como el” descuento del viernes.
Black Friday como punto de partida, no como punto de llegada
Para que esta estrategia sea efectiva, es fundamental que los minoristas vean la fecha no sólo como una oportunidad para maximizar las ventas en un solo día, sino como un punto de partida para construir relaciones duraderas con sus clientes. Al invertir en programas de personalización y fidelización bien estructurados, es posible convertir estas interacciones únicas en un ciclo de participación continuo.
Al comprender el comportamiento de compra de los consumidores y anticipar sus necesidades, los minoristas pueden crear experiencias más relevantes y atractivas, fomentando una conexión emocional con la marca que va más allá del descuento”, añade Coretava, vicepresidente de estrategia y crecimiento.
Al final, un viernes de ofertas debe verse como una plataforma para iniciar un diálogo con los consumidores. Una relación bien gestionada, impulsada por recompensas personalizadas e interacciones significativas, tiene el potencial de convertir a clientes esporádicos en defensores leales de la marca, generando un impacto positivo a largo plazo en las ventas y la percepción de la empresa.
“Una gran lección para los minoristas es clara: el Black Friday es mucho más que un día de promociones. Es una oportunidad estratégica para fidelizar a los clientes, utilizando programas de fidelización, personalización y experiencias diferenciadas. Al centrarse en crear valor más allá del precio, las empresas pueden garantizar no sólo el éxito en las ventas inmediatas, sino también construir una base sólida de clientes leales y comprometidos para el futuro”, concluye Amadio.