Cuando explotó en 2021, mucho por la pandemia, la aplicación TikTok fue reconocida como el "hogar de los bailes". Celebridades y personas comunes aprovechaban el tiempo en cuarentena para crear o reproducir pasos famosos en todo el mundo.
El tiempo pasó y TikTok, aunque todavía es reconocido así por la mayoría de las personas, es mucho más que eso. Manuales, tutoriales y novelas llenan los feeds de las personas ávidas de entretenimiento y en ese medio, muchas marcas:
Las tendencias son importantes porque humanizan la marca y conectan al consumidor final con la red social, pero es necesario tener cuidado. En casos de marcas "sin rostro", este proceso es importante, fideliza y puede incluso revertirse en ventas o reputación, pero hay casos en los que la estrategia puede salir muy mal, dice Thiago Andrade, Gestor de Redes Sociales de KAKOI Comunicación.
El "salir muy mal" según Andrade se refiere a empresas que terminan perdiéndose en el personaje, un médico que comenta sobre consultas en internet o que hace "novelas" sobre casos reales. Aunque atraiga un gran número de likes y seguidores, el profesional se convierte en un influencer y ya no en un médico, por ejemplo:
Recuerdo que Whindersson Nunes contó que su arquitecto empezó a hacer bailes en TikTok, tuvo mucho éxito, likes, comentarios, todos felicitándolo, pero en proyectos… nada. ¿Cuál será la credibilidad de este profesional? Es necesario separar el humor del trabajo", dice Andrade.
Según Thiago, humanizar la marca en las redes sociales es mostrar personas, procesos, día a día, sin necesariamente entrar en una tendencia específica. Separar lo que las personas quieren ver de lo que las marcas creen que quieren es diferente:
El cuadro "yo escucho pero no despido" muestra a propietarios escuchando a empleados hablar sobre cosas incorrectas que hicieron con el compromiso de no despedir. Legal, humaniza, pero los seguidores saben que en el día a día no funciona así, finaliza Thiago.
