Las herramientas de Inteligencia Artificial e Inteligencia de Negocios no fueron creadas para sustituir al ser humano, sino para mejorar su capacidad de producir resultados de forma más eficiente y de calidad. El profesor Lacier Dias, emprendedor, especialista en estrategia, tecnología y transformación digital, estudiante de doctorado en la Fundación Dom Cabral y fundador y director general de B4Data, compara este movimiento con el salto civilizador del vagón al automóvil: ambos cumplen la misma función de transporte, pero con niveles de rendimiento radicalmente diferentes.
Según Lacier, la IA sigue esta misma lógica. “La tecnología sólo tiene sentido cuando mejora la vida de las personas. Así como el coche no ha eliminado las necesidades del conductor, sino que le ha dado velocidad y comodidad, la inteligencia artificial y la BI no anulan el papel del ser humano, sino que aumentan su rendimiento, permitiéndole hacer más en menos tiempo”, la IA se convierte en un amplificador de productividad: procesa grandes volúmenes de datos, organiza información y ofrece respuestas rápidas, permitiendo a los empleados concentrar su energía en lo que realmente genera valor.
Aún así, Lacier recuerda que ningún algoritmo reemplaza la capacidad crítica, creativa y ética del ser humano. Las emociones, intuiciones y juicios morales son insustituibles. La IA actúa como catalizador, reorganizando flujos y reduciendo cuellos de botella, pero necesita bases de datos bien estructuradas y curadas para funcionar. “Una IA sin repertorio no funciona con magia. Al contrario, puede incluso obstaculizarla. Pero una IA bien alimentada se convierte en un verdadero acelerador de resultados”, señala.
El mensaje central es claro: así como la transición de la camioneta al automóvil ha cambiado la forma en que vivimos y trabajamos, la IA y la BI representan la evolución natural del pensamiento corporativo moderno. No eliminan el protagonismo humano, sino que garantizan que en el Al mismo tiempo, las personas pueden ofrecer más, con mayor calidad y con un impacto estratégico superior.