En un mundo cada vez más digital, los ciberataques se están convirtiendo en una amenaza creciente para empresas de todos los tamaños. Para tener una idea, según información de Check Point Research (CPR), el número de ciberataques en Brasil creció un 95% en el tercer trimestre del año pasado. Entre los tipos más frecuentes de invasiones están el ransomware, phishing y DDoS, que afectan tanto a grandes corporaciones como a pequeñas y medianas empresas.
Ante este escenario, la seguridad digital se ha convertido en una prioridad estratégica para las organizaciones, requiriendo inversión continua en tecnología, capacitación y monitoreo de amenazas.
Para Evandro Ribeiro, responsable de Seguridad de la Información de Avivatec, un ecosistema de soluciones digitales y tecnología de extremo a extremo para empresas, “la mayoría de los ciberataques explotan vulnerabilidades básicas, como fallos de configuración y contraseñas débiles. “Esto significa que la prevención está muchas veces al alcance de todas las empresas, a pesar de que todavía hay falta de concienciación y buenas prácticas de seguridad en las empresas”, comenta.
Las estrategias para evitar ciberataques incluyen la implementación de capas robustas de protección, que van desde firewalls y antivirus hasta soluciones avanzadas de detección de amenazas basadas en inteligencia artificial. Además, la capacitación de los colaboradores es esencial para mitigar riesgos. Los ataques de phishing, por ejemplo, ocurren cuando los ciberdelincuentes se hacen pasar por fuentes confiables para engañar a los usuarios y inducirlos a revelar datos sensibles o descargar archivos maliciosos, explotando la vulnerabilidad humana de manera muy efectiva. Sin una capacitación adecuada, un solo clic en un enlace malicioso puede abrir las puertas a una invasión sistémica.
Entre 2013 y 2015, Google y Facebook fueron víctimas de un esquema fraudulento que resultó en una pérdida de 100 millones de dólares. El estafador se hizo pasar por el proveedor Quantum y emitió facturas falsas, que ambas empresas pagaron sin sospechar de la estafa. El crimen fue descubierto posteriormente, llevando a la prisión del responsable, que terminó siendo extraditado de Lituania. Después de acciones legales, las empresas lograron recuperar 49,7 millones de dólares, menos del 50% del monto desviado.
Otro punto crítico es la respuesta rápida a incidentes. Muchas empresas no poseen un plan estructurado de contención y recuperación, lo que puede amplificar los daños de un ataque. Tener un plan de respuesta bien definido es fundamental para minimizar impactos y reanudar la operación con seguridad. Esto incluye copias de seguridad actualizadas, procedimientos claros para el aislamiento de amenazas y protocolos de comunicación eficientes, comenta el especialista.
Con el avance de las regulaciones sobre protección de datos, como la Ley General de Protección de Datos (LGPD), que establece directrices para la recopilación, almacenamiento y uso de información personal, las empresas necesitan reforzar sus esfuerzos para garantizar cumplimiento y seguridad. La negligencia en este aspecto puede resultar no solo en pérdidas financieras, sino también en daños a la reputación y pérdida de confianza de los clientes.
“Hoy en día, la ciberseguridad ya no es una opción, sino una necesidad. “Las empresas que no priorizan este tema corren un riesgo importante de sufrir ataques que podrían comprometer sus operaciones y su credibilidad en el mercado”, concluye Evandro.