Vivimos en una era en la que la información se ha consolidado como un activo estratégico fundamental para empresas de todos los sectores. Con la aceleración de las tecnologías digitales y la expansión de la economía de datos, surge un nuevo reto: alinear las prácticas corporativas con las exigencias de unas regulaciones globales cada vez más complejas y convergentes. Creo que prepararse para esta nueva etapa requiere un profundo rediseño de la gobernanza de datos.
Las empresas deben comprender que las regulaciones ya no son eventos locales, sino parte de un ecosistema global interconectado. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea marcó la pauta en 2018, seguido de leyes como la Ley General de Protección de Datos (LGPD) en Brasil, la Ley de Privacidad del Consumidor de California (CCPA) en Estados Unidos, la Ley de Protección de Datos de China (PIPL) en China y, más recientemente, las conversaciones avanzadas sobre una regulación única en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y una revisión del RGPD por parte de la Comisión Europea. Esto representa una nueva generación de regulaciones que no solo protegen los datos personales, sino que también imponen normas sobre inteligencia artificial, transferencias internacionales de datos y ciberseguridad.
Forrester, firma de investigación y consultoría, realizó un estudio que demostró que el 70% de las empresas planean expandir su gobernanza de datos para abarcar la responsabilidad algorítmica y ética, además de la privacidad. Esto revela que la gobernanza de datos está dejando de ser una función de cumplimiento para convertirse en parte de la estrategia de confianza y reputación digital de una marca. Una encuesta de Gartner, firma de investigación y consultoría de TI y negocios, enfatizó que para 2026, más del 60% de las grandes organizaciones contarán con programas formales de gobernanza de IA, impulsados precisamente por la presión regulatoria global.
Ante este escenario, veo cinco pilares esenciales para las empresas que quieren una gobernanza de datos resiliente y preparada para el futuro:
Gobernanza global, cumplimiento localLa gobernanza debe concebirse por capas. En la cima, un marco global unificado que establezca principios generales de protección de datos y uso ético, como la transparencia, la rendición de cuentas y la privacidad desde el diseño. Paralelamente, el cumplimiento normativo debe adaptarse a cada jurisdicción. La clave reside en identificar con precisión dónde y cómo se procesan los datos y alinear estas operaciones con las leyes locales, sin perder de vista el panorama general.
La gestión de datos como cultura corporativaYa no basta con tener un Delegado de Protección de Datos (DPD) o un comité de privacidad. La gobernanza de datos debe ser transversal e involucrar áreas como TI, legal, cumplimiento normativo, recursos humanos y marketing. El concepto de gestión de datos (responsabilidad compartida por la calidad y seguridad de los datos) debe integrarse en la cultura de la empresa. Esto requiere capacitación continua y métricas de rendición de cuentas claras.
Arquitectura técnica resilienteDesde una perspectiva tecnológica, las organizaciones necesitan invertir en arquitecturas que respalden los futuros requisitos regulatorios, como la portabilidad de datos. Esto implica sistemas capaces de auditar, mantener registros y rastrear datos, así como de aplicar políticas de acceso y uso. La adopción de soluciones de confianza cero y cifrado avanzado será cada vez más obligatoria.
Preparación para auditorías y certificacionesLas nuevas regulaciones indican una tendencia clara: una supervisión más estricta y una mayor valoración de las certificaciones internacionales, como la ISO 27701 y el Marco de Privacidad del NIST. Las empresas que desean operar a nivel mundial necesitan estructurar procesos para responder con prontitud a las auditorías regulatorias y obtener certificaciones que sirvan como sello de cumplimiento. Esta preparación incluye desde informes automatizados hasta simulaciones periódicas de incidentes.
Ética de datos y responsabilidad socialMás allá del simple cumplimiento de la ley, la futura gobernanza de datos deberá responder a las expectativas sociales en materia de ética digital. Con el avance de la IA y el análisis predictivo, están surgiendo debates sobre la discriminación algorítmica, la vigilancia y la manipulación del comportamiento. Las empresas que se posicionen proactivamente, con comités de ética de datos, políticas claras sobre el uso de la IA y compromisos públicos con la protección de los derechos fundamentales, tendrán una ventaja competitiva y reputacional sobre sus competidores.
Entiendo que el cumplimiento normativo es un punto de partida, no el destino final. La verdadera transformación radica en considerar la gobernanza de datos como un factor generador de valor y confianza. Las empresas que comprendan esto hoy estarán preparadas para navegar por la economía digital global con seguridad y ventaja estratégica. El futuro de la gobernanza de datos no pertenece a quienes se resisten a la regulación, sino a quienes la anticipan y la transforman en un factor diferenciador competitivo.