En 2020, durante una entrevista, afirmé: "Quien no se preparó para WhatsApp se quedó atrás". En ese momento, ya era evidente que la aplicación se volvería indispensable en la vida diaria de los brasileños, dado que el tiempo promedio de uso diario de la aplicación se acercaba a una hora y media. Hoy, esta previsión se ha concretado: WhatsApp no es solo un medio de comunicación, sino un espacio híbrido que combina interacciones personales y profesionales. Esta fusión entre vida personal y trabajo refleja un comportamiento único del mercado brasileño, creando un entorno ideal para la innovación financiera.
Estamos entre los mayores mercados de la aplicación en el mundo, junto con India e Indonesia. WhatsApp ya se ha convertido en una tecnología esencial para millones de brasileños. Más que una aplicación de mensajería, se ha convertido en un sistema operativo cotidiano, donde se cierran negocios, se atienden clientes y ocurren transacciones. Por eso, creo que un asistente financiero inteligente debe estar exactamente donde ya están las personas.
Vivimos un momento único en el sector financiero. Estamos presenciando uma mudança de era, onde a inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa lejana, sino una herramienta práctica y accesible, capaz de transformar la forma en que gestionamos nuestras finanzas.
A lo largo de las últimas décadas, hemos sido testigos de diversas transformaciones tecnológicas: la era de internet (1995-2000), la era de la computación en la nube, la era móvil y, ahora, la era de la IA. En la transición de la era móvil, donde predominaban la usabilidad y el diseño, a la era de la IA, estamos migrando de un modelo centrado únicamente en la experiencia del usuario a uno también enfocado en la ejecución de tareas. Google fue pionero al integrar aprendizaje automático en sus búsquedas, pero OpenAI revolucionó al transformar "búsqueda" en "respuesta".
La forma en que interactuamos con los servicios financieros está cambiando. Los bancos tradicionales aún imponen burocracias y procesos lentos. Las fintechs aportaron innovación, pero muchas mantienen modelos de monetización que no tienen sentido para el pequeño emprendedor, con tarifas, suscripciones mensuales y exceso de funcionalidades que terminan siendo subutilizadas.
Lo que los emprendedores realmente necesitan no es una solución llena de recursos técnicos, sino un servicio intuitivo, eficiente y, sobre todo, accesible. En lugar de navegar por menús complejos o rellenar múltiples formularios, un usuario debería resolver su necesidad financiera mediante un simple comando de voz o mensaje de texto.o.
La próxima evolución de las plataformas conversacionales en el sector financiero no se limita solo a la automatización de la atención, sino a la creación de experiencias continuas e integradas. Eso significa que un usuario puede iniciar una transacción en una aplicación de mensajería, continuar en el navegador y completar la operación en otro dispositivo sin perder el flujo de la interacción.
Esta conectividad omnicanal, junto con la IA, hará que la experiencia sea más fluida y eficiente, permitiendo que emprendedores y consumidores ahorren tiempo, eliminen burocracias y reduzcan costos operativos.
El crecimiento de las plataformas conversacionales en el sector financiero demuestra que el futuro pertenecerá a las soluciones que reducen la complejidad, optimizan los procesos y ponen la tecnología a trabajar en favor de los usuarios. La tendencia es clara: el dinero y los servicios financieros serán cada vez más accesibles dentro de las plataformas de comunicación que ya forman parte del día a día de la población.
A medida que emergen nuevas tecnologías, se espera que estas soluciones no se limiten solo a operaciones bancarias, sino que integren pagos, análisis financiero, concesión de crédito e inversiones de manera sencilla y eficiente.
Los bancos tradicionales necesitarán reinventarse. Las fintechs que no prioricen la experiencia intuitiva perderán terreno. La verdadera innovación estará en las soluciones que realmente empoderan al usuario, haciendo las finanzas más accesibles, ágiles y conectadas al mundo real.
El futuro ya comenzó, y será conversacional.