Actualmente, en empresas de varios sectores, es cada vez más común la existencia de equipos formados por integrantes de diferentes edades, lo que puede tener sus ventajas y desventajas. Sin embargo, a veces, esta diferencia de edad puede causar distanciamiento entre las personas y corresponde al liderazgo corregir esta cuestión, que generalmente comienza cuando el propio líder no logra lidiar con todas las generaciones.
Es comprensible que un líder de cierta edad tenga más 'afinidad' con las personas que estén cerca de su rango de edad, pero eso no puede convertirse en una razón para que exista diferenciación. Por ejemplo, si soy un líder mayor, ¿solo consideraré lo que dicen los colaboradores mayores y no prestaré atención a los más jóvenes? Lo mismo vale para líderes más jóvenes, que no escuchan a los colaboradores mayores.
Sabemos que ser un buen líder no es tarea fácil y que tampoco sucede de la noche a la mañana, forma parte de un proceso y puede ser lento. El gestor que ocupa esta posición debe estar preparado para ello y dispuesto a mejorar cada día, haciendo mejoras en su postura para desarrollar una conducta adecuada para el cargo que desempeña. Y muchas veces, es necesario abandonar comportamientos que ya no tienen sentido.
Al fin y al cabo, un buen líder requiere de algunas habilidades esenciales que se desarrollan con el tiempo, como la escucha activa, ser justo e imparcial en las decisiones del día a día, aprender a delegar tareas y saber hacer sentir a los empleados que tienen un espacio seguro en el lugar de trabajo, donde pueden compartir ideas, expresar dudas e incluso hacer críticas constructivas.
El hecho es que actuar de esa manera ya es un gran desafío para muchos, que aumenta a medida que la empresa tiene personas de varias edades en el equipo. ¿Y por qué esto podría ser un desafío? Cuando tenemos personas de diferentes edades, necesitamos adaptar nuestra forma de comunicación y trato para que cada grupo pueda entender el mensaje que se está transmitiendo de manera correcta.
Veo muchos comentarios negativos sobre la Generación Z, por ejemplo, que son las personas de 14 a 28 años. Pero, ¿serán realmente ese 'terror de los gestores', como se les clasifica en varios artículos que he leído, o son los líderes quienes no saben cómo lidiar con ellos? Porque a partir do momento que temos pessoas de outras gerações trabalhando ao nosso lado, é fundamental dar a devida orientação.
En este sentido, creo que los OKR –Objetivos y Resultados Clave– pueden ayudar a los líderes a ser buenos para todas las generaciones, porque si buscamos alcanzar resultados a través de metas ambiciosas, no importa la edad de quien hable, siempre que se levanten hipótesis y datos, para luego poder identificar cuáles de ellos fueron ciertos y validados y cuáles no.
De esta manera, la herramienta estimula el trabajo en equipo y además incentiva a cada empleado a desempeñar su rol de la mejor manera posible, lo que facilita que personas de diferentes grupos de edad trabajen juntas para ofrecer mejores resultados, formando un equipo multigeneracional más poderoso.