Con el avance de la transformación digital y el aumento de la competencia en el comercio minorista, cada vez más emprendedores se enfrentan a una decisión crucial: ¿es más ventajoso comenzar en el comercio electrónico a través de grandes marketplaces o invertir desde el principio en una operación con un sitio propio? La respuesta depende de numerosos factores, y no existe una fórmula única que funcione para todos los negocios.
Según datos de la Sociedad Brasileña de Comercio Minorista y Consumo (SBVC), aproximadamente el 78% de la facturación del comercio electrónico en el país pasa por marketplaces, lo que refuerza su protagonismo como puerta de entrada a las ventas digitales.Los marketplaces, como Amazon, Shopee y Mercado Libre, se han convertido en aliados importantes para quienes desean ingresar rápidamente en el universo en línea. Estas plataformas ofrecen una estructura sólida, acceso inmediato a una base masiva de consumidores y facilidad operativa.
Sin embargo, esa gran vitrina también presenta desafíos significativos. Las tarifas cobradas por venta, las reglas impuestas por las plataformas y el control limitado sobre el proceso de compra del cliente afectan directamente el margen de ganancia y la fidelización. Al priorizar el alcance y la practicidad, el comerciante a menudo renuncia a la autonomía y a la relación directa con su audiencia, lo que puede dificultar la consolidación de la marca a mediano y largo plazo.
Por otro lado, operar a través de un canal propio, como una tienda virtual con dominio exclusivo, proporciona libertad en la gestión, mayor margen por producto y una relación más profunda con los clientes. Según un estudio realizado por Nuvemshop, las tiendas con canal directo logran hasta un 30% más de margen neto. Además, una encuesta de PWC indica que el 62% de los consumidores prefieren comprar directamente de la marca, en caso de que esta opción esté disponible.
A pesar de estas ventajas, gestionar un comercio electrónico propio requiere planificación, conocimientos técnicos e inversión en marketing digital, atención, logística y contenido. Construir una audiencia fiel y un ecosistema de ventas eficiente requiere tiempo y dedicación. Sin embargo, en los últimos tiempos, las herramientas de creación de tiendas con tecnología de marca blanca, automatización de marketing y la fuerza de la economía creativa han facilitado este proceso para los pequeños emprendedores, haciendo más viable la entrada en el canal directo. Aún así, el éxito en este modelo depende de una estrategia y ejecución sólidas.
Es importante destacar que no se trata de elegir entre un canal y otro, sino de integrar ambas las frentes de manera complementaria. Muchos minoristas ya adoptan un enfoque híbrido, utilizando el alto tráfico de los marketplaces para atraer nuevos clientes y redirigirlos a sus propios canales, donde es posible ofrecer ventajas exclusivas y una experiencia diferenciada. Y nuevamente, el escenario está comprobado: datos de mercado indican que aproximadamente el 62% de los consumidores que compran en marketplaces también visitan las tiendas oficiales de los vendedores en busca de condiciones especiales, como cupones o promociones personalizadas.
Sin embargo, esa integración requiere equilibrio. El canal directo debe estar a la altura del estándar ofrecido por los marketplaces, especialmente en lo que respecta a plazos de entrega, calidad del atención y confianza en la navegación. Por eso, es esencial invertir en logística inteligente, alianzas estratégicas y en centros de distribución que garanticen agilidad en las entregas.
Por último, lo ideal no es simplemente elegir entre estar en marketplaces o gestionar una tienda propia, sino entender cómo cada opción puede contribuir a la estrategia del negocio en diferentes etapas de madurez. El secreto está en planificar con claridad, aplicar con consistencia y seguir los resultados con atención. En un mercado cada vez más dinámico, triunfar en el comercio electrónico es menos sobre dónde vender y más sobre cómo vender de manera inteligente, integrada y alineada con los objetivos de la marca.