Este mes de marzo se cumplen cinco años desde el inicio de la pandemia de Covid-19, que se extendió desde 2020 hasta mediados de 2022. Ante el aislamiento social, fue necesaria mucha adaptación, incluyendo en el mercado laboral. Quien no tuvo que cerrar las puertas de inmediato, como los trabajadores del comercio, comenzó a adoptar el teletrabajo y esa fue la gran salvación de la época. Sin embargo, cada vez más vemos que este modelo de trabajo está siendo abandonado. La pregunta es: ¿por qué?
Hace tiempo que he notado una tendencia de las empresas a hacer que sus empleados tengan que ir a la oficina para trabajar en el modelo presencial, muchas veces varias veces a la semana o todos los días, poniendo fin así al trabajo desde casa. La explicación para esto es promover una mayor interacción entre los integrantes del equipo y también aumentar la productividad, evitando que se distraigan y tengan mayor enfoque.
Incluso, podemos ver que incluso las ofertas de empleo en teletrabajo son mucho más difíciles de encontrar que antes. Ya sea en LinkedIn o en plataformas de reclutamiento como Gupy, cada vez menos aparecen oportunidades de trabajo remoto para la gran mayoría de las áreas, mientras que las vacantes presenciales están en constante ascenso y siento que la tendencia es que continúe así.
Veo la situación como "culpa" de ambas las partes, ya que sabemos que muchos colaboradores fingen trabajar en home office, saliendo de casa en horario laboral y dedicándose a otras tareas, dejando en segundo plano lo principal, que es el compromiso con la empresa. Este comportamiento termina perjudicando a aquellos que hacen todo bien y que están pagando la cuenta junto con ese grupo de personas.
La verdad es que algunas personas no saben trabajar basándose en la confianza, lo cual termina siendo bastante perjudicial para las relaciones que necesitamos establecer en el entorno laboral, ya sea en línea o presencial. Spotify dijo que pretende seguir trabajando de forma remota porque son adultos. Quizás esto funcione bien para ellos, porque ya nacieron de esta manera. Pero la inmensa mayoría de la población no es así, lamentablemente.
Por otro lado, aunque parezca que hemos tenido algún progreso, sigo percibiendo una falta de preparación en la gestión de las empresas para lidiar con los trabajadores en el modelo remoto y esto sucede porque no logran ejercer un liderazgo calificado y recurren al microgestión. Esa necesidad de querer saber en todo momento lo que la otra persona está haciendo y exigir en exceso termina siendo agotadora.
El punto es que tanto los colaboradores como las empresas están juntos en este barco y sufrirán las consecuencias. Creo que abandonar el trabajo desde casa y adoptar el 100% presencial no es una buena opción. A partir del momento en que las organizaciones toman esa actitud, pueden terminar perdiendo talentos, especialmente porque viven lejos del lugar y los gastos que tendrán todos los días no compensarán financieramente. Algunas funciones y circunstancias pueden facilitar el trabajo remoto, donde realmente tanto la empresa como el colaborador salen ganando. Pero, de nuevo, si no hay confianza, no funcionará.
Además, se ha comprobado que el modelo de trabajo desde casa es capaz de mejorar la calidad de vida de las personas, principalmente en relación con el tiempo, porque logra ahorrar a muchos trabajadores la necesidad de salir muy temprano de casa y pasar horas en el tráfico. Este tiempo puede ser mejor aprovechado, ya sea para descansar, hacer alguna actividad física o cualquier otra tarea que la persona desee.
El hecho es que existe y siempre ha existido un punto medio: el trabajo híbrido puede ser una buena solución para las empresas. Sin embargo, debemos ser justos, no sirve de nada poner 4 días presenciales, 1 día solo de teletrabajo y querer llamarle "híbrido". Necesitamos ser más justos y generar un equilibrio, para que los colaboradores perciban que están realmente teniendo las dos experiencias: el trabajo presencial y el remoto.
Sin embargo, será necesario repetir lo que ya se dijo en la época de la pandemia: las empresas deben aprender y estar preparadas para gestionar un equipo que está en línea, creando estrategias para incluirlos y poder ejercer un liderazgo incluso de forma remota. Mientras que los colaboradores deben tener responsabilidad con el trabajo, entregando productividad y calidad incluso desde casa. Y sabemos que es posible.