En los últimos días, el vídeo de la nueva campaña de NIKE – Winning Isn't for Everyone – Am I a Bad Person? – se volvió viral en las redes sociales.
Al ver el video, inmediatamente me proyecté a unos cuarenta y pocos años, cuando, con seis o siete años de edad, participé en mi primera competencia de judo en la escuela preescolar llamada Lobito. Mis padres relatan, y recuerdo algunos destellos, que en el instante del saludo que precede el inicio de la lucha entre los judocas, mi oponente simplemente comenzó a llorar y desistió de luchar conmigo. La razón: mi cara de "niño enojado" – o, en este caso, mi cara de "persona mala".
Esta historia personal y real no trata sobre la reacción de mi amiguito, que quizás ni le gustara el judo, ni sobre cualquier deseo mío de hacerle daño a él y a otros oponentes infantiles. Tampoco significa que el honor, el espíritu deportivo y la rectitud queden de lado en la búsqueda de la victoria como la única cosa que importa. Eso no significa victoria a cualquier costo. Lo que prevalece, sí, es el sacrificio personal, el enfoque en el objetivo a alcanzar y la determinación de nunca rendirse.
Veamos las razones detrás de este contexto.
Desde que conocí los instrumentos de evaluación de perfil creados en la década de los 40, comencé a comprender profundamente ese momento importante en relación a mi comportamiento y su porqué. Porque siempre querer superarme y ser el mejor en todo lo que hago es definitivamente un punto fuerte de mi personalidad y una característica innata. Nunca me contenté con la segunda, tercera posición; mucho menos con la eliminación en la primera pelea. Cosas que, por cierto, ocurrieron varias veces a lo largo de más de una década luchando y compitiendo en torneos de la ciudad y del estado de São Paulo en ese entonces. Tanto como le sucede a cualquier persona a lo largo de la vida en el deporte, en el estudio, en el empleo, emprendiendo... De cualquier modo, para las "malas personas", no hay otro camino. No hay plan B.
Antes de continuar, destaco que no deseo abordar ningún aspecto empresarial sobre NIKE y sus negocios, marcas y equipo. Solo convoco a los que leen este artículo para una reflexión
¿Desde cuándo? Y además, ¿por qué es malo querer ser el mejor?
Alrededor del mundo y especialmente en Brasil, aspirar a la cima, la victoria, la ganancia es muy común que se considere algo malo. Dicen que los que desean son arrogantes o egoístas, no empáticos y agresivos, entre tantos otros adjetivos con connotación negativa.
Es preferible enaltecer las lágrimas de la derrota y acoger al derrotado que enaltecer la confianza de aquellos que manifiestan que la conquista de la victoria es su único objetivo; siempre. Ganando o perdiendo.
Otro día, escuché a un filósofo contemporáneo decir que solidarizarse con el fracaso y la derrota de los demás es fácil; lo realmente difícil es alegrarse con el éxito y logro de los demás. Y en esta ocasión, en la que se obtiene algún éxito, cuando te vaya muy bien, sabrás quiénes son realmente tus verdaderos amigos. Hasta entonces, no había pensado en esa situación con ese sesgo. Muy interesante imaginar quién realmente vibraría o no con tus logros. Quizás allí esté el mecanismo mental que condena a muchos de nosotros a ser las "malas personas". Quizá sea envidia, celos. Sigmund Freud explica.
Aún existe el aspecto del colectivismo desde la perspectiva social, filosófica, económica y religiosa, que enfatiza que somos interdependientes, lo cual se opone al individualismo en todos los ámbitos de la vida, dejando de lado las disputas y conquistas de los individuos, aunque esta sea la minoría más pequeña que existe, es decir, cada uno de nosotros como individuo. Ayn Rand explica.
Otras variables incluyen la cultura latinoamericana, a través de la cual no se difunde en la sociedad la virtud de lograr todo lo que uno desea mediante el mérito y el esfuerzo individual, ya sea una victoria deportiva, un auto, una casa o un nuevo puesto profesional o empresarial.
Esta combinación de factores da como resultado una situación perversa entre la “gente de bien”, en la que casi nada queda bajo su responsabilidad como individuos, externalizando los errores, fracasos y resultados no alcanzados a otros.
Mucho antes de tener hijos, decidí que no, eso ya no debe perpetuarse más. Al menos no de mi familia. Ni siquiera en mi empresa. Creo que NIKE, de alguna manera, contribuirá a que este pensamiento cambie, deseando también que otras empresas, marcas y personas refuercen la idea de que no solo debemos despertar el deseo, sino también enaltecer la vocación de vencer. Siendo cierto que esto no es para todos. Y todo está bien.
Concluyo recordando que esas "malas personas" son aquellas que, en las más diversas áreas, no solo en los deportes, condujeron y conducen a la sociedad a alcanzar nuevos niveles como civilización y humanidad. Suelo decir que, si no fuera por estas personas, estaríamos habitando las cuevas hasta el día de hoy. Ya has entendido mi punto y has pensado en algunos nombres y acontecimientos que cambiaron el mundo a través de la vocación de alguien para desafiar el statu quo, realizar lo impensable o incluso lo imposible hasta entonces.
Entonces, la próxima vez que te encuentres con uno de esos "malas personas" en persona o en las redes sociales, busca, antes de etiquetar, recordar que no tiene nada que ver contigo. Es sobre lo que esa persona desea para ella misma.
En particular, no soy fan ni gran usuario de las marcas de productos deportivos, pero admiro la vocación de NIKE por la victoria y su historia empresarial. ¡Me encantó esta película!
¿Eso me hace una mala persona?