Realizada tradicionalmente en el último viernes de noviembre, el Black Friday ya forma parte del calendario de los brasileños y va mucho más allá de una simple fecha promocional. Originada en los Estados Unidos, el día comenzó a celebrarse en Brasil en 2010 y rápidamente se convirtió en uno de los momentos más importantes para el comercio, movilizando miles de millones de reales y generando impactos significativos en la economía del país.
Solo en 2023, el comercio electrónico generó más de R$ 7 mil millones en ventas durante el Black Friday. Cuando sumamos las compras realizadas en tiendas físicas, ese número es aún mayor, beneficiando desde pequeños negocios hasta grandes cadenas minoristas. Esa movilización impulsa el consumo y ayuda a calentar el Producto Interno Bruto (PIB) brasileño, funcionando como un termómetro para la economía.
Otra consecuencia positiva está en la generación de empleos. Con el aumento de la demanda, las empresas contratan trabajadores temporales para actuar como vendedores, almacenistas, operadores logísticos, entre otras funciones. Para muchos, estos empleos representan una oportunidad de reforzar los ingresos al final del año, especialmente en un país donde la tasa de desempleo aún es alta.
Además, la fecha promocional desempeñó un papel fundamental en la expansión del comercio en línea en Brasil. En un escenario en el que más del 70% de la población está conectada a internet, las compras digitales han explotado. Las empresas invierten mucho en campañas de marketing digital, mientras los consumidores esperan ansiosos descuentos en productos como teléfonos, electrodomésticos y ropa.
Sin embargo, no todo son flores. También hay desafíos, como el aumento de fraudes y prácticas engañosas. Problemas como la manipulación de precios, en los cuales los valores se inflan antes de ser "descontados", aún generan desconfianza. Además, la presión por descuentos excesivos puede comprometer los márgenes de ganancia, especialmente para los pequeños comerciantes.
Aún así, el Black Friday es una oportunidad única para movilizar el mercado y estimular la economía. Para que su impacto sea cada vez más positivo, es importante que consumidores y empresas actúen de manera consciente, garantizando que la fecha siga siendo un motor de crecimiento económico para Brasil.
