En los últimos años, el número de emprendedoras ha crecido significativamente, aunque todavía son menos numerosas que los hombres. Ellas enfrentan preguntas como "¿Vas a poder conciliar trabajo con hijos?" o "¿Tienes la estructura emocional para lidiar con la presión?", reflejando estereotipos de género persistentes en el mundo empresarial. Sin embargo, estas empresarias están superando los desafíos con confianza, resiliencia y apoyo mutuo, con mujeres en puestos destacados ayudando a otras que están comenzando sus emprendimientos.
Según un estudio reciente de la Asociación Latinoamericana de Capital de Riesgo (LAVCA), las inversiones de riesgo en startups con al menos una mujer en posición de liderazgo casi se duplicaron en América Latina entre 2019 y 2022, alcanzando los 5,8 mil millones de dólares (30,6 mil millones de reales). El porcentaje de inversores que apoyan estas startups todavía es bajo, pero ya ha aumentado del 16% en 2019 al 31% en 2022.
Desafíos culturales y estereotipos de género
Inversionistas, a menudo, perciben a las emprendedoras como menos capaces de gestionar riesgos, lo que resulta en una menor disposición a invertir en sus negocios. Además, muchos de ellos hacen preguntas diferentes para hombres y mujeres, enfocándose más en riesgos para ellas y en potencial de crecimiento para ellos. Las empresarias a menudo necesitan demostrar su competencia y habilidad, más que sus colegas hombres. Esa necesidad constante de validación puede alejarlas de posiciones influyentes y reducir su red de contactos. La presencia femenina reducida en fondos de capital de riesgo también dificulta la creación de un entorno más inclusivo y comprensivo para ellas. Sin embargo, ver mujeres en puestos de liderazgo en estos fondos puede aportar una perspectiva más sensible y estimular a otras a emprender.
Conciliar las responsabilidades profesionales, personales y familiares es un desafío significativo para las empresarias. Las expectativas culturales sobre responsabilidades domésticas aún pesan más sobre las mujeres, limitando el tiempo y la energía que pueden dedicar a su propio emprendimiento. La necesidad de equilibrar trabajo y vida personal puede ser vista como una desventaja por el mercado, que valora la dedicación total. Para superar esas barreras, es esencial buscar apoyo y desarrollar estrategias eficaces de gestión del tiempo.
Superando barreras y estrategias de éxito
Superar los obstáculos requiere dedicación, estudio y prueba constante de competencia. Las emprendedoras deben esforzarse por demostrar sus habilidades y lograr resultados concretos. Además, es importante no rendirse ante las dificultades. El mercado es amplio y hay muchas oportunidades para productos y servicios innovadores. Si el negocio demuestra escalabilidad y una buena tasa de retorno, sin duda atraerá la atención de los inversores.
En un entorno de inversiones mayoritariamente masculino, mostrar confianza y seguridad en el propio negocio es fundamental. Las mujeres deben ser audaces en la proyección de los números de sus empresas y mostrar sus competencias de manera convincente. Características típicamente femeninas, como la capacidad de percibir las necesidades del mercado y liderar equipos, son extremadamente valiosas en el entorno de innovación.
Promoviendo la inclusión
Fomentar un ambiente más inclusivo y promover un ecosistema de negocios diversificado e innovador requiere la implementación de varias actitudes y prácticas. Ofrecer capacitaciones regulares sobre sesgos inconscientes, garantizar un lugar de trabajo acogedor y comprometer a los liderazgos con el cambio cultural son pasos esenciales. Al adoptar un enfoque multifacético, es posible crear un espacio que apoye el éxito de las empresarias.